Una persona fallece cada seis segundos en el mundo por el consumo de tabaco, que representa la principal causa prevenible de muerte por su afectación a los pulmones, el corazón y el sistema vascular, informaron especialistas en el marco del Día Mundial sin Tabaco que se celebra el 31 de mayo.
«En este último tiempo la gente se encuentra preocupada por vivir mejor, presenta más adherencia a los tratamientos y trata de alimentarse más naturalmente. Si uno dijera que hay una pastilla para prevenir cáncer y enfermedades cardiovasculares seguramente la tomarían; eso mismo implica dejar de fumar», indicó a Télam la médica cardióloga Laura Grynberg.
«La enfermedad cardiovascular es la principal causa de muerte en el mundo, y entre sus factores de riesgo como están la hipertensión, el colesterol alto, la diabetes, y el único que se puede erradicar por completo es el tabaquismo», agregó-
La especialista, miembro de la Fundación Cardiológica Argentina, explicó que el consumo de cigarrillos afecta severamente al endotelio, la capa interna que recubre tanto al corazón como a los vasos sanguíneos y que les brinda protección.
El sistema respiratorio es el otro gran afectado por el tabaquismo: «Por un lado es la principal causa de cáncer de pulmón, a tal punto que es una rareza ese tipo de cáncer en no fumadores; pero por el otro, fumar es también la principal causa de Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), que son un conjunto de síntomas y enfermedades asociadas que deterioran terriblemente la calidad de vida de la persona», sostuvo por su parte el neumonólogo Ricardo Del Olmo.
Del Olmo, miembro de la Fundación CIDEA (Centro de Investigación de Enfermedades Alérgicas y Respiratorias), explicó que la EPOC contempla falta de aire, tos, expectoración, enfisema de pulmón y también bronquitis agudas y neumonías que son cuadros que se denominan exacerbaciones.
«Cuanto más frecuente sean esas exacerbaciones, es decir, esos cuadros agudos, mayor será la morbi-mortalidad del paciente», explicó el neumonólogo.
Se estima que el 40% de la población mundial de entre 15 y 65 años fuma, en tanto en Argentina la cifra ronda el 27%, alrededor de 9 millones de personas, de las cuales 3 millones consumen más de 25 cigarrillos por día.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada seis segundos fallece una persona a causa de una enfermedad relacionada con el tabaco, lo que representa casi 6 millones de muertes al año, y se estima que en 2030 la cifra llegará a más de 8 millones.
«El consumo de tabaco se sostiene por tres factores: por un lado, hay un tema cultural, de hecho recién hace poco tiempo se ha tomado conciencia de los daños, hasta hace poco los médicos fumaban hasta en los consultorios», sostuvo Grynberg.
En este sentido Del Olmo añadió que «no sólo no hay condena social al consumo de tabaco sino que en algunos ámbitos sigue siendo ‘fashion’, aunque esto ha cambiado y mejorado mucho en estos último 20 años».
En tanto, la especialista añadió otro factor: «La mayoría de las personas, de todos los niveles socioeconómicos, aunque conocen los daños que produce el tabaquismo no cree que esos efectos puedan suceder en sus cuerpos y esto tiene mucho impacto sobre todo en los jóvenes».
La fortaleza de la industria tabacalera es otro punto central que mencionaron ambos profesionales: «Se trata de corporaciones que manejan mucho dinero, muy fuertes y que en algunas economías regionales tienen un peso enorme», sostuvo el neumonólogo.
En este sentido, la OMS pidió a los Estados miembro que ratifiquen el protocolo para acabar con el comercio ilícito de productos de tabaco, una medida que permitiría a los gobiernos recaudar anualmente unos 3.000 millones en concepto de impuestos.
Además, el organismo solicitó que se aumenten los impuestos sobre los cigarrillos: «El precio más barato del tabaco incita al consumo a los más jóvenes, reduce los ingresos públicos y los recursos destinados al desarrollo socioeconómico, sobre todo en los países de ingresos bajos que dependen en gran medida de los impuestos sobre el consumo», describió la OMS en un comunicado.
Además, según el organismo, la industria «también está tratando de impedir la aplicación de medidas para el control del tabaco, como el aumento de los impuestos o las advertencias sanitarias gráficas, alegando que estas fomentarán el comercio ilícito».
Por ello, según el doctor Douglas Bettcher, director del departamento de la OMS sobre Prevención de las Enfermedades No Transmisibles, «la salud pública libra una dura batalla contra una despiadada industria».