La actual epidemia de zika que afecta a muchos países de América Latina podría extinguirse sola en el plazo de dos a tres años, según una nueva investigación publicada por la revista Science.
El trabajo, realizado por científicos del Imperial College de Londres, asegura asimismo que la contención de la epidemia no se puede lograr con las medidas de control aplicadas hasta ahora y que la crisis por esta enfermedad, más bien, remitirá sola.
«Este estudio usa todos los datos disponibles para proporcionar una comprensión de cómo se desarrollará la enfermedad y nos permite calcular la amenaza en un futuro inminente», aseguró en el artículo el autor principal de la investigación, el profesor Neil Ferguson.
«Nuestro análisis sugiere que la propagación del zika no es controlable, pero también que la epidemia acabará apagándose por sí sola dentro de 2 o 3 años», agregó.
El equipo científico, que utilizó los datos existentes de transmisión del virus del zika en toda América Latina, también predice que no es probable que la próxima epidemia a gran escala se produzca en al menos otros diez años, aunque persiste la posibilidad de que haya brotes más pequeños.
En el estudio, los científicos combinaron la información sobre el zika en Latinoamérica con datos sobre virus similares, como el dengue o el chikunguña, para generar un modelo matemático representativo y predecir su evolución y nuevas olas de transmisión.
Uno de los elementos que tuvieron en cuenta es el hecho de que es poco probable que las personas sean infectadas de zika dos veces, lo que lleva a un fenómeno llamado «inmunidad de grupo».
«Dado que el virus no es capaz de infectar a la misma persona dos veces -gracias a que el sistema inmune genera anticuerpos para matarlo- la epidemia llega a una etapa en la que quedan muy pocas personas que puedan resultar infectadas como para que la transmisión sea sostenible», explicó Ferguson.
«Gracias a este modelo, podemos predecir que no comenzará a repetirse una transmisión a gran escala al menos en otros diez años, cuando en la población haya una nueva generación que no haya estado expuesta al virus del zika», agregó el investigador.
En el caso del chikunguña, un virus similar al zika, «hemos visto epidemias explosivas seguidas por largos períodos con pocos casos nuevos», indicó Ferguson.
Sobre el control de la enfermedad, advirtió que comenzó demasiado tarde como para tener un efecto significativo y que, de hecho, «cualquier esfuerzo para frenar la propagación del virus puede prolongar la actual epidemia».
«La desaceleración de la transmisión entre personas significa que la población tendrá más tiempo para alcanzar el nivel de inmunidad de grupo necesario para que se detenga la transmisión» y la frecuencia entre epidemias, en lugar de ser de más de diez años, podría ser de períodos más cortos, apuntó el experto.
El investigador asegura en el estudio que si sus proyecciones son correctas, los casos de zika se habrán «reducido sustancialmente» para finales del próximo año, si no antes, lo que quiere decir que para cuando se haya desarrollado una vacuna «puede que no haya suficientes casos de zika en la comunidad para probar si funciona».