Cada 28 de julio se conmenora el Día Mundial de la Hepatitis, una enfermedad en la que el hígado se inflama. Como este órgano es el encargado de procesar los nutrientes y ejercer una función desintoxicante, cuando se daña, su aporte al organismo puede verse afectado. Algunas de las causas que producen la enfermedad son: células inmunitarias en el cuerpo que atacan el hígado, infecciones por virus (como las hepatitis A, B o C), daño hepático por alcohol o tóxicos (venenos), y ciertos medicamentos.
Con motivo de la conmemoración distintas instituciones sanitarias realizarán actividades para generar conciencia y para fomentar la detección precoz, porque como la enfermedad no se manifiesta con síntomas claros, sólo puede ser diagnosticada por un análisis de sangre.
En el Hospital Nacional Posadas se brindará una charla abierta para la comunidad en el Hall Central el miércoles 26/7 a las 10. La dirección es Avenida Marconi y Presidente Illia, El Palomar.
Mientras que el Hospital Británico otorgará 200 turnos para realizar análisis y consultas gratuitos a personas que no cuenten con obra social o prepagas. La campaña comienza este martes 24 de julio y hasta el 18 de agosto (o hasta completar los cupos disponibles) se podrán solicitar los turnos al call center del hospital Hospital llamando al 0810-222-2748
Asimismo, el 28 de julio, a las 12, en la sede central del Hospital (Sala F del Edificio Docencia, Perdriel 74, Ciudad de Buenos Aires, se realizará una charla abierta y gratuita a la comunidad sobre el tema “Qué sabemos sobre la Hepatitis”, dictada por la doctora Nora Fernández, de la Unidad de Hepatología del HB. Durante este mismo día, se dispondrá en el Hall Central un Stand para asesoramiento y entrega de órdenes médicas para vacunación y test de hepatitis.
Aunque en la mayoría de los casos las hepatitis suelen ser asintomáticas, es importante prestar atención a señales de alerta como dolor o distensión abdominal, orina turbia oscura y deposiciones de color arcilla o pálidas, fatiga y cansancio, febrícula, picazón, ictericia (coloración amarillenta de la piel o los ojos), inapetencia, náuseas y vómitos y pérdida de peso.
Ante una posible infección de hepatitis B-C, una persona debe evaluar hacerse el análisis de sangre correspondiente si está o estuvo expuesta a alguna de estas circunstancias: haber tenido relaciones sexuales sin preservativo, vivir con alguna persona que tiene hepatitis B o C, dado que es más frecuente o probable compartir objetos cortopunzantes; tener o haber tenido una infección de transmisión sexual, haberse realizado hemodiálisis, haber compartido elementos en el consumo de drogas inyectables e inhalatorias, haber recibido donación de sangre u órganos antes de 1994, o tener VIH, para evaluar una posible coinfección. En cada situación, el tratamiento variará según la causa de la enfermedad hepática.
En el caso de la hepatitis A y B, existen vacunas para prevenirlas que forman parte del Calendario Nacional de Vacunación, mientras que no hay vacuna contra la hepatitis C. Frente a esta realidad, además de la aplicación de las dosis indicadas en el esquema sanitario vigente, el doctor Silvio Luis Aguilera, Director Médico de vittal, explica qué cuestiones contribuyen a prevenir la enfermedad y su propagación:
La hepatitis B no se transmite por medio del agua o la comida, ni tampoco por estornudar, abrazar, toser. En este caso y en el de la hepatitis C, lo que hay que tener en cuenta es: evitar compartir artículos personales tales como cuchillas de afeitar o cepillos de dientes, no compartir agujas o pajillas para inhalarción de sustancias, limpiar los derrames de sangre con una solución que contenga una parte de lavandina por nueve partes de agua; no hacerse tatuajes ni perforaciones (piercing) en el cuerpo con instrumentos que no sean descartables o esterilizados y usar preservativo.
En el caso la hepatitis A, para evitar la transmisión hay que seguir las siguientes recomendaciones: evitar los alimentos y el agua que no estén limpios y en caso de estar en contacto con alguien afectado, lavarse bien las manos después de usar el baño y cuando entre en contacto con la sangre, las heces u otros fluidos corporales de la persona.