Si de piel se habla, una de las inquietudes más frecuentes en esta época del año es el cambio su aspecto. Tras dejar atrás el color y el semblante vital que lucía en el verano, marzo deja sus huellas en el rostro. El cutis se ve menos luminoso y hasta un poco reseco. “¿Por qué la piel se ve opaca?”, “¿por qué todavía tengo la piel reseca si uso un hidratante todos los días?”; “¿por qué mi piel se resquebraja tanto últimamente?”, son las preguntas típicas que se escuchan en las consultas.
“Si bien hay muchos factores que pueden producir que el rostro se vea opaco, con aspecto reseco, el primer paso es observar clínicamente la piel del paciente para determinar su tipo y su estado de salud”, observó la doctora Silvana Alvarez, médica especialista en Estética.
“Cuando la opacidad o las manchas de la piel no tienen una causa que pueda atribuirse a una patología, entonces estamos ante un tipo de piel seca o bien ante una piel deshidratada por falta de humedad”, indicó la experta a la par que aclaró que estas son las pieles que más sufren las consecuencias en esta época del año, motivo por el cual exigen cuidados especiales.
El tratamiento para restablecer el equilibrio que las pieles secas y las deshidratas necesitan puede o no coincidir, ya que la estructura de la dermis no es la misma, aunque sí lo es su aspecto.
La piel seca tiene origen en la falta de lípidos y de aceite natural en las glándulas sebáceas dentro de los folículos capilares. Está relacionada en gran medida con la singularidad de cada persona y hasta podría decirse que es una característica innata. Tiene aspecto áspero, opaco y escamoso.
Entre los factores que originan o empeoran la piel seca están la genética; el clima (bajas temperaturas, viento y radiaciones ultravioletas), el tabaquismo (tanto fumadores activos como pasivos); el estrés; algunos medicamentos; el envejecimiento hormonal; el uso inadecuado de productos para la piel; el consumo excesivo de alcohol y el descanso insuficiente.
¿Qué necesita? Reponer humedad, aceite y lípidos protectores para su funcionamiento correcto.
Por otra parte, la piel deshidratada puede ser normal, seca o incluso grasa, pero se ve reseca porque no tiene agua. Esto puede deberse a varios factores, entre ellos la falta de ingesta de líquidos, las agresiones climáticas (sol, viento, aires acondicionados, calefacciones), medicamentos o el uso de productos que no son adecuados. Su apariencia es apretada, opaca y sin un brillo saludable.
La piel deshidratada también suele ser un factor que puede producir afecciones más importantes como alergias o acné. Esto ocurre porque reacciona al desequilibrio y, en un esfuerzo por recuperarse, aumentará su producción natural de sustancias seborreicas para compensar.
¿Qué necesita? Rehidratación que se puede obtener mediante la ingesta mayor de líquidos y también, con tratamientos locales con productos para el cuidado de la piel que ayudan a unir el agua con la piel (humectantes). Los ingredientes a buscar son ácido hialurónico, glicerina y miel.
Si bien el origen de las pieles secas y deshidratadas no es el mismo, las formas de revertir los procesos de sequedad y deshidratación, en muchos casos, son coincidentes.
Por ejemplo, se deben evitar usar jabones de tocador, lavarse el pelo en la ducha dejando que el shampù escurra sobre el rostro y tomar sol en exceso
Cuidados básicos
Higienizar antes de acostarse porque la piel durante la noche rejuvenece (el cutis que se encuentra sucio no respira y por lo tanto va a lucir opaco), aplicar lociones según la edad y el tipo de piel; utilizar productos para nutrir e hidratar la piel así como cremas específicas para el contorno de ojos y para la zona peribucal, además de otra nutritiva para la piel seca.
La solución consiste en un combo de pasos que, cumplidos en forma regular, aseguran un aspecto lozano y vital de la piel. Ellos son higiene (cuidados básicos), renovación celular incluyendo compensación y reparación de zonas puntuales; estimular con aparatología si fuera necesario, emplear máscaras nutritivas, no olvidarse de tratar también el cuello y el escote y usar en forma cotidiana una adecuada protección solar.
De acuerdo con la doctora Alvarez, “no hay una fórmula única ni mágica para tener una piel saludable”, por lo que es importante brindarle cuidados y tratamientos en forma continua, ya sean domiciliarios o en gabinete. ”Eso es lo que marca la diferencia entre una persona que cuidó su piel y la que no la cuidó, teniendo la misma edad”, concluyó,
*La doctora Silvana Alvarez (MP: 227312), es miembro de la Sociedad Argentina de Medicina Estética (SOARME), del Consenso Argentino de Ciencias Estéticas (CACE) y la Asociación Médica Argentina (AMA). Es directora de Maestro Estética y Medipro Delta.