En el país, uno de cada cinco fallecimientos es por causas cardíacas

Especialistas del Colegio Argentino de Cardioangiólogos Intervencionistas (CACI) recordaron que el 22,1% de los fallecimientos que se producen en nuestro país (es decir, cerca de 73 mil decesos) son por enfermedades cardíacas, a la par que advirtieron sobre la falta de conciencia que existe en la población sobre la importancia del control de los factores de riesgo que contribuyen al desarrollo de las patologías coronarias.

El anuncio fue realizado con motivo del Día Mundial del Corazón, que se celebra en paralelo en más de cien países este sábado 29 de septiembre. “La gran mayoría de la gente sabe que el tabaquismo, la hipertensión arterial, la obesidad, el sedentarismo, los trastornos en los lípidos, la diabetes y el estrés, son los principales factores de riesgo modificables que deberíamos tener bajo control, pero en el día a día en general se hace muy poco para combatirlos”, apuntó el doctor  Anibal Damonte, cardioangiólogo intervencionista, presidente del CACI.

Según las estadísticas publicadas por el Ministerio de Salud de la Nación (ahora Secretaría de Salud) correspondientes a las causas de defunciones en la Argentina durante 2016, fallecieron 72.986 personas (incluyendo todas las edades) por enfermedades de corazón. Ese valor representa más de 1 de cada 5 decesos (22,1%) de los registrados por causas bien definidas según los registros de dicha cartera sanitaria.

“Debemos tener en cuenta que estamos hablando de 8 fallecimientos por hora, lo que indica a las claras de que no cuidamos lo suficiente nuestro corazón. Se evidencia que nos cuesta cambiar nuestro estilo de vida, visitar en forma periódica al médico para hacer los controles que correspondan, e inclusive la gente demora en solicitar ayuda cuando aparecen síntomas que podrían estar indicando la presencia de una afección coronaria”, afirmó el doctor Diego Grinfeld, cardioangiólogo intervencionista vicepresidente del CACI.

Distintas proyecciones hablan de que se producen 50 mil infartos anualmente en nuestro país. El problema es que muchos de ellos no llegan a las guardias médicas o lo hacen tarde, cuando ya disminuye notoriamente el porcentaje de éxito de la terapia de reperfusión de la arteria obstruida, idealmente mediante la realización de una angioplastia coronaria de urgencia.

“Es fundamental derivar al paciente con síntomas de infarto a un centro de alta complejidad que cuente con salas de hemodinamia, para la realización de una angioplastia lo antes posible, según recomiendan las guías internacionales del tratamiento de Infarto”, sostuvo el doctor Alejandro Cherro, director de la Carrera de Especialista en Hemodinamia Angiografía General y Cardiología Intervencionista UBA-CACI y ex presidente del CACI.

Podrían estar indicando la presencia de un infarto síntomas como dolor en el pecho, generalmente de tipo opresivo (descripto como una pata de elefante sobre el pecho), sensación de desasosiego y de muerte inminente, algunas veces sudoración, mareos e hipotensión, entre otros. Mientras que eventos menos agudos se presentan con dolor precordial (dolor de pecho) al realizar actividad física y desaparecen con el reposo, o luego de una ingesta de comida desmedida o de situaciones intensas de estrés.

“La enfermedad coronaria no distingue clase social ni sexo, y cada vez la estamos viendo en gente más joven. El estilo de vida moderno, la desatención de los factores de riesgo y la inacción frente a la aparición de los primeros síntomas del infarto, son el caldo de cultivo perfecto que atenta contra el corazón”, concluyó el doctor Damonte.

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