El Dr Luis Izquierdo Lamoca, el jefe de Servicio de Angiología y Cirugía Vascular del Hospital Universitario HM Montepríncipe explica que «las várices son una condición casi inherente al ser humano. Raramente se dan en animales. El hecho de vivir erguidos sobre nuestras piernas hace que todo nuestro peso recaiga sobre ellas. Eso condiciona un aumento de presión y una dificultad para que la sangre retorne desde los pies al corazón. En algunas personas el retorno no es eficiente y las venas se dañan ocasionando la aparición de las varices»
Las venas llevan la sangre al corazón, y dentro de las venas hay una válvula que sólo se abre hacia arriba, que permite que la sangre suba, por ejemplo desde las piernas, pero evita que baje cuando estamos de pie. «Un defecto de origen desconocido en la pared de las venas hace que esas válvulas no funcionen bien y que no cierren por lo que la sangre se acumula en las venas más bajas y hace que se dilaten. Esas venas dilatadas y tortuosas son las várices», agrega el Dr Izquierdo Lamoca.
Las arañas vasculares, los capilares rotos o las telangiectasias son distintas formas para llamar a aquellos vasos azulados o rojos que suelen aparecer en las rodillas, muslos o pantorrillas. Estas son el primer grado de insuficiencia venosa. Según el Dr Izquierdo Lamoca son “como las várices, pero limitadas a las venas de la piel»
¿Por qué aparecen?
Si bien hay un componente genético claro, hay muchos factores externos que pueden generar várices. Entre ellos factores se encuentran el sedentarismo, el sobrepeso, actividades en las que se tenga que estar mucho tiempo de pie o mucho tiempo sentado, o ambientes muy calurosos.
«El sexo femenino, por cuestiones hormonales y por los embarazos, también aumenta el riesgo de tener varices. Aparecen a cualquier edad, pero cuanto más tiempo están las piernas expuestas a los factores de riesgo anteriores, mayor es el riesgo de desarrollarlas. Así a medida que pasan los años y, por lo tanto, aumenta la edad, también lo hace la prevalencia de las várices», señala el Dr Izquierdo Lamoca.
Las várices son la manifestación de una insuficiencia venosa crónica. La insuficiencia tiene varias fases, la primera pueden ser las arañas vasculares, la segunda ya son varices abultadas, y cuando están acompañadas de hinchazón de la pierna, tobillo o rodilla se consideran la fase 3. La fase 4 es cuando «la piel se empieza a dañar y a oscurecer en los tobillos; y cuando en esa piel dañada se produce una herida y esta tarda en curarse se convierte en una úlcera, que es el grado más avanzado, el 6. El grado 5 lo reservamos para los pacientes que han tenido una úlcera y se ha podido curar»
Las fases iniciales, es decir cuando están presentes las arañas vasculares o varices, son el primer signo de enfermedad, y por eso conviene visitar a un especialista para qué indique qué medidas adoptar para que no progrese la enfermedad. «Cuando comienzan a aparecer lesiones en la piel, el daño es ya irreversible, por lo tanto, las varices deben tratarse antes de que eso ocurra»
¿Cómo solucionarlas?
El tratamiento clásico para eliminar las várices sigue siendo la extirpación mediante cirugía de las varices y de las venas principales. «En los tratamientos tradicionales los ejes de las venas safenas se destruyen por arrancamiento o ablación térmica. La vena safena es la que generalmente utilizamos los cirujanos vasculares para realizar injertos de derivación o bypass para el corazón o las piernas. Muchos cirujanos preferimos conservarlas ya que se consiguen iguales o mejores resultados a largo plazo», explica el Dr Izquierdo Lamoca.
El especialista resalta que hoy en día los tratamientos más eficaces para el tratamiento de las várices son técnicas endovasculares como el endolaser o la radiofrecuencia; porque ambos usan la energía térmica, producida por la luz o la electricidad respectivamente, para cauterizar las paredes de la vena desde dentro y así eliminar las várices.
Otro de los métodos más habituales consiste en introducir un pegamento cianoacrilato en la vena y comprimirla para que se peguen las paredes. Pero en este último caso advierte que, para llegar a la vena, es necesario introducir el láser o el pegamento con un catéter, mediante una punción o incisión. “Para ello se precisa anestésico y además un quirófano. Por lo tanto, se requiere un preoperatorio y como en toda cirugía, existe riesgo de hemorragia e infección», avisa.
El Dr Izquierdo Lamoca destaca el tratamiento más reciente, la EchoTherapy o ecoterapia con Sonovein, que utiliza ultrasonidos focalizados de alta intensidad (HIFU). Una de las ventajas es que es una tecnología que ya se utiliza en otros campos como el tratamiento de los nódulos tiroideos, en el cáncer de mama, o en neurología en el tratamiento del temblor esencial en el Parkinson. El tratamiento es totalmente extracorpóreo, no invade el cuerpo del paciente. Además, tiene un componente que es la unidad de visualización y de tratamiento, y por una parte un ecógrafo que permite visualizar la vena en tiempo real. «Con el ecógrafo se localiza las várices y de forma completamente robotizada se emite un haz de ultrasonidos concentrados en un punto de forma similar a como hace una lupa con la luz. En este caso, el punto es la vena a tratar, produciendo una elevación de la temperatura, de forma que la vena afectada se contrae, se destruye y se cierra» detalla el experto.
«Con este tratamiento también se pueden tratar venas que son muy difíciles de acceder con otras técnicas, como las venas perforantes, incluso en presencia de una úlcera abierta, sin riesgo de infección. Como es tan preciso permite tratar solamente las zonas enfermas conservando las venas principales», añade.
A diferencia de los tratamientos anteriores para las venas varicosas, este tratamiento no requiere catéteres, inyecciones químicas o incisiones, entonces los pacientes no necesitan un quirófano ni un preoperatorio, no tienen cicatrices ni riesgo de infección, ni de hemorragia, y pueden regresar de inmediato a sus actividades diarias normales. «Puede hacerse por ejemplo en pacientes que toman anticoagulantes porque no tienen que suspenderlos o pacientes de cualquier edad con patologías previas que se desestimaron para tratamiento de varices por su alto riesgo operatorio»