La alimentación de los bebés con leche materna ha decaído en los últimos 16 años a nivel mundial mientras que en Argentina crece la proporción de mujeres que amamantan a sus hijos, según datos de Unicef y del Ministerio de Salud de la Nación, en la Semana Mundial de la Lactancia Materna.
El último informe emitido por Unicef en 2016 arroja que la tasa de lactancia materna es de un 46% para los bebés de entre 12 y 23 meses de edad, frente al 74% que indicaba el mismo índice relevado por la ONU en el 2000.
Paralelamente, la Dirección Nacional de Maternidad, Infancia y Adolescencia de la cartera sanitaria nacional destacó en su informe de 2015 que la proporción de lactancia materna exclusiva hasta el sexto mes de vida pasó al 35% respecto a 2011, cuando fue de 30%, y que en ese lapso el amamantamiento continuo -entre los 12 y 15 meses del bebé- aumentó del 61% al 71%.
De estos datos se desprende una mejoría general en el porcentaje de niños amamantados, aunque remarcó que se registraban fuertes disparidades en los resultados de las distintas provincias.
La celebración de la Semana Mundial de la Lactancia Materna se realiza bajo el lema «Construyendo alianzas para proteger la lactancia: por el bien común, sin conflictos de interés», con el objetivo de afianzar vínculos entre gobiernos, establecimientos sanitarios y comunidades e impulsar redes de promoción.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la alimentación con leche materna no sólo reduce la mortalidad infantil, sino que también trae beneficios para la salud detectables en edad adulta y refuerza el vínculo entre los bebés y sus madres. Por este motivo recomienda alimentar exclusivamente a bebés menores de 6 meses con leche materna para recién después de ese período complementar la alimentación con sólidos y líquidos, al menos hasta los dos años.
Pese a las dificultades que algunas madres presentan para amamantar a su bebé recién nacido, como dolores en el pezón o temor a no producir suficiente leche para alimentarlo, la OMS insta a que mantengan la lactancia por su carácter fundamental.
Algunas de las acciones que recomiendan la OMS y Unicef para lograrlo son iniciar el amamantamiento durante la primera hora de vida, practicarlo de modo exclusivo, dar el pecho cada vez que el bebé lo reclame y evitar las mamaderas, tetinas y chupetes.
Soledad Arbio, médica neonatóloga del Garrahan, explicó que ese hospital pediátrico cuenta con un servicio de lactancia para ayudar a las mujeres en dificultades para dar el pecho a sus bebés, ya que «hay madres más reticentes en el momento de amamantar y es con ellas con las que el servicio trabaja intensamente», indicó Arbio.
«Uno de los grandes motivos por la baja en la producción de leche es el estrés, por eso es tan importante el entorno y la contención de las mamás», explicó Gabriela Fulleringer, puericultora de la Fundación Lactancia y Maternidad (Fundalam). La experta señaló que «el llanto del bebé activa las hormonas de la madre que produce más leche para satisfacer esa demanda».
Actualmente, más del 70% de las mujeres se valen de productos como el sacaleche para poder extender su periodo de lactancia, muchas de ellas debido a la imposibilidad de amamantar a su hijo en horario de trabajo. «La lactancia es una de las etapas más importantes de la maternidad ya que, al succionar, el bebé no sólo cubre su necesidad fisiológica primaria, sino que representa un momento de refuerzo en la relación con su madre», señalaron profesionales del Observatorio Chicco.