La Navidad es la época por excelencia de los regalos y para los niños de los juguetes, algunos de ellos con niveles de sonido que pueden ocasionar daños irreversibles en el sistema auditivo, según advierten expertos de la Universidad California Irvine.
«Los padres, probablemente se acostumbran al nivel de ruido de los juguetes favoritos de sus hijos, pero muchos de estos sonidos altos pueden dañar la audición de un niño si no se usan correctamente», explicó a Efe Hamid Djalilian, otorrinolaringólogo del Centro Médico de la Universidad California Irvine.
Para el gremio médico, un juguete se ubica en un nivel seguro de sonido cuando el nivel volumen no sobrepasa los 85 decibeles a una distancia de 25 centímetros del oído.
Djalilian asegura que la mayoría, sino todos, los juguetes cumplen con las reglas de seguridad. No obstante, el problema es que los niños no siempre utilizan los juguetes de manera correcta.
Un ejemplo común es que a la mayoría de ellos, especialmente los más pequeños, les gusta sostener sus juguetes cerca del oído para ver de dónde viene el sonido, y es ahí donde «está el peligro», resalta.
Cada año, este centro médico realiza una serie de pruebas a decenas de juguetes para evaluar su seguridad, y en las de este año, cuyos resultados fueron dados a conocer esta semana, se encontró que en algunos casos el nivel máximo de volumen alcanzó picos de 125 decibeles, mayor que el que causa un jet de reacción durante su despegue cuando se escucha a una distancia prudente.
La mayor preocupación de expertos como Djalilian es que los daños que causan los juguetes en el nivel auditivo en los niños no son fácilmente detectados para los padres, y algunas lesiones son irreversibles.
La selección de los juguetes que se regalan en estas fiestas y su correcto uso debería ser una preocupación general de los padres, así lo advirtió a Efe el doctor Jairo Fonseca, quién realiza investigaciones doctorales en Pediatría en la Universidad de Emory, en Georgia.
«Los juguetes pueden ser un arma mortal y los padres deben ser consciente de esto», recalcó Fonseca.
Según datos de la Comisión para la Seguridad de los Productos de Consumo (Consumer Product Safety Commission) estadounidense, cada año en las salas de emergencia de este país se tratan casi 250.000 niños como resultado de lesiones relacionadas con juguetes, casi la mitad de lesiones ocurrieron en la cabeza y la cara, incluso los ojos.
«El mayor problema con los juguetes la tienen los niños pequeños que están en la edad de experimentar con todos los sentidos, todo se lo llevan a la boca, quieren escuchar de cerca», explicó Fonseca.
En 2014, la Asociación Americana de Centros de Control de Envenenamientos (AAPCC) documentó más de un millón de exposiciones de sustancias peligrosas en niños menores de 5 años, el número equivale al 50 % de todas las exposiciones en el país.
«Aprender a seleccionar los juguetes es la recomendación para todos los adultos, parece lógico pero cosas tan simples como los accesorios que trae el juguete pueden ser muy perjudiciales», señaló Fonseca, quien ensalza educar para prevenir accidentes.
Por su parte, Djalilian, recomienda enseñar a los niños sobre la seguridad, especialmente la auditiva, y «cómo jugar con los juguetes de manera adecuada».
El especialista sugiere a los padres pruebas como mantener el juguete tan cerca como se pueda del oído a su nivel máximo para constatar si es demasiado fuerte, o colocar el juguete a la distancia del largo del brazo del hijo, o si es que hay que gritar sobre el sonido del juguete para que el hijo escuche.
El peligro de los juguetes, además, no solo se limita al sistema auditivo. Fonseca advierte sobre los juguetes que disparan objetos, como las pistolas del tipo B.B.Gun, los cuales «pueden causar problemas irremediables en la salud de un niño».
Además de las pistolas de juguete, la Academia Estadounidense de Oftalmología advierte de los drones con rotores giratorios, los punteros láser de alta potencia, entre otros juguetes que pueden provocar la pérdida permanente de la visión.