Tras la muerte de un joven de 26 años por una descompensación cardíaca que sufrió mientras realizaba una clase de crossfit en un gimnasio de Recoleta, se abrieron los debates sobre cuáles son los estudios necesarios para realizar este tipo de rutinas. DocSalud.com consultó a un experto, quien especificó que si se realiza esta actividad de alta intensidad se deberían agregar dos exámenes médicos extra a los chequeos previos a las rutinas de bajo impacto.
”Antes de realizar ejercicio es necesario hacerse los chequeos pertinentes, que incluyen la consulta con el médico cardiólogo o deportólogo y realizar un electrocardiograma. Pero para las rutinas de alta intensidad, como el crossfit, la mayoría de los cardiólogos del país consideramos que se debe agregar además pruebas de ejercicio y un ecocardiograma para ver el tamaño del corazón y descartar de forma más fina los factores genéticos que podrían llevar a los jóvenes a la muerte súbita o empeorar una cardiopatía previa”, explicó a este medio el doctor Roberto Peidró, médico cardiólogo y especialista en Medicina del Deporte.
El experto, quién es Prosecretario de la Fundación Cardiológica Argentina, definió al crossfit como una serie de ejercicios de alta intensidad, con pausas de corta duración, que forman parte de una actividad deportiva para la cual hay que estar preparado “no sólo desde el punto de vista cardiovascular, sino también muscular, articular y óseo”.
Además, la disciplina posee “cambios bruscos de intensidad, que pueden afectar al corazón cuando hay un problema”, por lo que es más necesario agregar a los exámenes tradicionales el ecocardiograma y la prueba de ejercicio.
“Lo que se recomienda para iniciar una disciplina de esta naturaleza es realizarla de forma escalonada, es decir, empezar con una baja intensidad y posteriormente aumentarla. Para esto es necesario que haya profesionales adecuados que conozcan de la fisiología del ejercicio, es decir, lo que va a pasar en el organismo cuando se practica esta rutina”, sostuvo el médico, quien es integrante del Grupo de Cardiología y Deportes de la Fundación Cardiológica Argentina.
Pero para Peidró, otra cuestión que deberían tomarse en cuenta en los salones de crossfit así como también en los gimnasios grandes donde se realizan ejercicios de alta intensidad es la llamada prevención secundaria, para actuar con celeridad frente a una emergencia. “En estos lugares debería haber personal humano que sepa hacer maniobras de reanimación y por otro lado también tendrían que tener desfibriladores”, explicó.
“Por un lado se puede capacitar en RCP con cursos de apenas dos horas y por otro, comprar un desfibrilador automático cuesta cerca de u$s 2.500 o $25.000, un gasto menor al necesario para montar un gimnasio. Estos dispositivos tiene que estar cerca, porque tras minuto se pierde el 10% de posibilidad de revertir la arritmia y salvar a la persona”, agregó
¿Por qué más exámenes?
Cuando se realizan ejercicios orientados a mejorar la salud, como caminatas, es necesario la consulta con el médico y el electrocardiograma, pero si se va a optar por una rutina de alto impacto como correr o realizar actividad ininterrumpida, se necesita un examen cardiológico previo más detallado con un ecocardiograma y pruebas de ejercicio, según Peidró. ¿Pero cada cuanto tiempo debe renovarse? En palabras del experto, dependerá de la edad, los antecedentes familiares y los personales.
“Es un tema en discusión la frecuencia con la cual se renueva la llamada ´libreta sanitaria del deportista’. Si una persona de 25 años, los resultados de sus estudios son normales, no posee antecedentes familiares de muerte súbita ni antecedentes personales de haber sentido dolor de pecho o falta de aire, los estudios previos pueden repetirse cada dos o tres años”, indicó el experto.
“Pero si tiene más de 35 años, es importante renovarlos una vez al año, ya que a partir de esta edad, la causa más frecuente de muerte súbita es la enfermedad de las arterias coronarias”, agregó.
Sin embargo, en palabras de Peidró, estas reglas tienen matices, ya que “si una persona de 60 años quiere hacer deportes, aunque sean de menor intensidad debería controlarse todos los años”.
Por otra parte, se deben tener en cuenta desde los antecedentes familiares y personales, patologías como la diabetes o colesterol alto hasta el tabaquismo para renovar los estudios con más frecuencia.
“Pero más allá de que se realicen todos los chequeos, en medicina no se tiene el 100% de seguridad de que se detecten todas las patologías previas antes de que se practiquen los deportes de alta intensidad, porque puede pasar que los resultados sean normales y se produzca una descompensación”, agregó.
Sin embargo, aconsejó “no atemorizarse con el deporte, que hace bien al corazón, solo que se debe estar preparado para los deportes de alta intensidad y saber cómo está el organismo a través de chequeos”.