Las mujeres tienen más dificultades que los hombres para abandonar el cigarrillo porque sufren mayores niveles de estrés, ansiedad y depresión que inciden sobre el éxito del tratamiento para dejar de fumar.
Así lo reveló un informe del Hospital de Clínicas difundido con motivo de la puesta en marcha en ese centro asistencial de un nuevo consultorio para abandonar el cigarrillo exclusivo para mujeres.
El consultorio, que funciona en la planta baja del hospital ubicado en Paraguay 2351, de la Capital Federal, atiende los martes y viernes en forma gratuita a mujeres de todas las edades que quieran cortar su adicción al tabaco, algunas de las cuales van acompañadas por su pareja, para poder dejar el cigarrillo los dos juntos.
La médica clínica María Victoria Armaleo indicó que «lo que estamos tratando de ver de acuerdo a la experiencia diaria es la relación de género que hay con el cigarrillo».
En ese sentido, Armaleo añadió que «parecería ser que a la mujer le cuesta más que al hombre dejar de fumar» y opinó que para esta situación influyen cuestiones como la depresión, la ansiedad y situaciones de violencia familiar que atraviesan más a menudo las personas de sexo femenino y que generan su dependencia con el cigarrillo.
La médica precisó que «en la consulta, las mujeres plantean otras cuestiones vinculadas con su estética que no se escuchan entre los hombres, como por ejemplo si van a engordar cuando dejen de fumar».
De todos modos, rescató que «ahora hay más conciencia en toda población sobre lo perjudicial para el organismo que es el cigarrillo y lo beneficioso que es el dejar de fumar».
El tratamiento contra la adicción, que se implementa en el Clínicas dura dos meses, con seguimiento a los 3, 6 y 12 meses en los que se dejó de fumar. La consulta comienza con una evaluación de la paciente, en la que se confecciona la historia clínica y se le hacen diferentes tests que evalúan depresión, ansiedad y otros trastornos que la llevan a depender del cigarrillo.
Luego, en conjunto con el paciente se acuerda un tratamiento, según las preferencias y las posibilidades en cuanto a los costos de la medicación, en caso de que sea necesaria.
Armaleo aclaró que «las mujeres sufren las mismas consecuencias en su salud que los varones por el cigarrillo, pero a ellas debemos sumar otras particulares, como las alteraciones en la fertilidad y el mayor riesgo de sufrir osteoporosis precoz».
El tabaquismo es un importante factor de riesgo en el desarrollo de cáncer de mama y ovario. De hecho, la última Encuesta Nacional de Factores de Riesgo de 2009, realizada por el Ministerio de Salud de la Nación sobre 35.000 personas mayores de 18 años, indica una prevalencia de mujeres fumadoras del 27,1%.
Ese valor, si bien está en descenso comparativamente con los obtenidos en 2005, es bastante elevado. En cuanto al consumo por género, el último dato que se tiene en Argentina es de 2005, cuando arrojó un 24,9% de fumadoras y un 35,1% de fumar.