Un estudio, realizado por la fundación alemana Männergesundheit (Salud masculina), presenta a los hombres como el «sexo débil» en lo que a la salud se refiere, puesto que le llevan la delantera a las mujeres en materia de diabetes, gota, obesidad, cáncer de pulmón, infartos cardiacos y otras dolencias.
La culpa, según el estudio, no es necesariamente de los hombres sino de muchos factores como el hecho de que las medidas preventivas pocas veces los alcanzan y de que los problemas específicamente masculinos no suelen ser suficientemente considerados.
«Los hombres no son unos idiotas en materia de salud como a veces se les presenta. La visión sobre la masculinidad tiene que cambiar, aunque en ello tengan que trabajar en primer lugar los hombres mismos», dijo Mathias Stiehler, uno de los autores del estudio, durante su presentación en Berlín.
Es que los varones se enfrentan muchas veces con el problema de querer cumplir con las exigencias domésticas derivadas de la nueva concepción de la paternidad y, a la vez, con las que le impone la necesidad de alimentar a su familia. Por eso “se ven con más frecuencia obligados a funcionar y a cumplir lo que se espera de ellos», agregó Stiehler.
Todo ello ha llevado desde los años setenta a un claro aumento de la disfunción eréctil, es decir de la impotencia, en Alemania. Otras consecuencias son las malas costumbres alimenticias debidas al estrés, problemas circulatorios y en ocasiones tabaquismo y alcoholismo.
Además, según una encuesta de la aseguradora médica DKV, los hombres tienden a querer solucionar sus problemas sin ayuda, por lo que pocas veces recurren a la asistencia psicológica.
La ministra de Familia, Christina Schröder, comentó el estudio diciendo que «los hombres actualmente tienen una expectativa de vida cinco años menor que la de las mujeres, de los que cuatro años y medio se deben a factores socioculturales», pero añadió que se pueden crear condiciones que los ayuden a vivir “más saludablemente”.
El profesor Frank Sommer, el único catedrático de salud masculina de Alemania, que ejerce en el Hospital Universitario de Hamburgo-Eppendorf, dijo que uno de los problemas de los varones es la impaciencia, ya que tienden a querer ver resultados rápidos.