Fumar durante el embarazo puede tener efectos perjudiciales para la mujer y el feto, pero incluso también para su futura descendencia. Así lo reveló el primer análisis transgeneracional sobre los riesgos de los cigarrillos que se ha llevado a cabo en España, cuyas conclusiones arribaron a que los nietos de las fumadoras también podrían verse perjudicados.
Este trabajo, realizado por un grupo de investigadores de los hospitales La Fe de Valencia, Virgen de la Arrixaca y Hospital de Madrid y publicado por en la edición de abril de Journal of Pediatric and Child Health, fue difundido ayer por el diario El Mundo. Allí se relató que los especialistas llevan años realizando un análisis sobre la influencia de la exposición al tabaco a lo largo de tres generaciones.
El estudio evaluó los datos de 128 niños con cáncer nacidos entre los años 2001 y 2005 y otros menores sanos que se compararon como grupo de control. El equipo de especialistas encabezado por Juan Antonio Ortega, de la Unidad de Salud Medioambiental Pediátrica, recopiló los datos sobre el consumo de tabaco de sus madres y abuelas, así como otros factores ambientales que podrían estar implicados en su diagnóstico.
Según observaron en sus conclusiones, la tasa de exposición al tabaco durante los embarazos de madre y abuela era el doble en el caso de los niños con cáncer que en los chicos sanos. A su vez, en el trabajo, los médicos insistieron en la urgencia para que las familias con un niño diagnosticado con la enfermedad dejen de fumar.
“Es la primera vez que en estudios de cáncer infantil, se pregunta si fumaban las abuelas o abuelos y el grado de exposición durante los embarazos de las abuelas», explicó Ortega a ELMUNDO.es. Por su parte, el profesor Phillip Ladrigan, de la Universidad de Salud Pediátrica Medioambiental del Hospital Mount Sinai de Nueva York, EEUU, opinó que “es posible que los carcinógenos del tabaco causen tumores mediante cambios epigenéticos en el ADN” a la par que sostuvo que aunque hoy se desconozcan las causas de gran parte de los tumores infantiles, era hora de mirar al tabaco como posible culpable.
Ortega explicó que el mecanismo de la influencia transgeneracional del tabaco ocurre porque las 60 sustancias cancerígenas del cigarrillo provoca efectos en las células germinales, que son las que dan lugar a los óvulos y los espermatozoides. Es que justamente los óvulos de una mujer se forman durante el embarazo de sus madres, para luego “dormitar hasta la adolescencia”.
Por este motivo, la exposición al tabaco durante generaciones previas «puede marcar el óvulo que dará lugar al nieto con susceptibilidad para el desarrollo de tumores», señaló el especialista.