Todo profesional, independientemente de su rama, se contacta a través de las redes sociales, y al parecer los médicos no son la excepción, según informó el diario español ELMUNDO.es. Frente a esta tendencia, un grupo de investigadores franceses sugirieron que el empleo de estas páginas web por parte de profesionales de la salud puede generar un dilema ético en su relación con los pacientes. La causa: la confusión entre las esferas pública y privada.
Este análisis sobre 405 médicos residentes del Hospital Universitario de Rouen, en Francia fue publicado en la revista “Journal of Medical Ethics”. Se les envío un cuestionario anónimo a todos ellos, donde se los indagó sobre su uso de Facebook, si empleaban su identidad real u otra inventada o si colgaban fotos personales e información privada, entre otros aspectos.
Otros investigadores ya habían mostrado inquietud ante el uso generalizado de la red social por parte de los estudiantes, incluso los de las carreras de Medicina y Farmacia. Temían que estos universitarios compartan información privada en espacios públicos sin ser del todo concientes de las consecuencias.
Los autores del artículo, liderados por Ghassan Moubarak, del Hospital Lariboisière, en París, afirmaron que existen pocas investigaciones que hayan explorado el uso de la red social en los médicos, por lo que el objetivo de su trabajo fue “analizar la frecuencia y características de uso de Facebook entre residentes y becarios, la cantidad y el tipo de protección de datos personales disponibles en su perfil y sus opiniones sobre las consecuencias de este uso en la relación médico paciente».
Casi tres de cada cuatro encuestados tenían un perfil en esa red, y la mayoría lo consultaba todos los días. Además, prácticamente todos reconocieron que mostraban en Facebook información personal suficiente para ser reconocidos. Los datos incluían su nombre real y sus fechas de nacimiento. Incluso un 91% incluyó una foto.
Otros datos apuntan a que sólo unos pocos de los residentes que usaban la red habían recibido una solicitud de amistad de un paciente (6%) y que cuatro de ellos aceptaron la petición.
Aunque la mayoría de los encuestados (85%) reconoció que rechazaría automáticamente una solicitud de un paciente, uno de cada siete (15%) aseguró que lo decidiría según el caso. Las razones para aceptarlo incluyeron la afinidad y el temor a perder a ese paciente si la solicitud era rechazada. Como contrapartida, la necesidad de mantener una distancia profesional o la sospecha de que el paciente estaba interesado en una relación amorosa, fueron los principales motivos de rechazo.
Los autores del ensayo reconocieron que la disponibilidad pública de información sobre la vida privada del profesional de la salud puede poner en peligro la confianza mutua entre el médico del paciente, por lo que recomendaron tratar de ser “concientes de que los comentarios y las fotos publicadas pueden ser malinterpretadas”. Por último, dado que frecuentemente los residentes publican gran cantidad de datos sin las medidas necesarias para proteger su privacidad, llamaron a los usuarios a reflexionar sobre “las implicaciones de Internet en el rol tradicional de los médicos”.
Fuentes: ELMUNDO.es