Cuando las mamás ratonas compiten por machos en un contexto promiscuo sus hijos atraen más hembras porque producen más feromonas, según un estudio que publica hoy Proceedings of the National Academy of Sciences. Pero aclara que el atractivo sexual de los ratones acorta sus vidas.
«Si los hijos son particularmente sexies y se aparean más que otros, eso ayuda a que sus genes pasen con más eficiencia a la generación siguiente», explicó Wayne Potts, profesor de biología en la Universidad de UTA y autor principal del estudio.
Los ratones macho, cuyas madres compitieron por parejas en un contexto promiscuo produjeron 31% más de las principales proteínas urinarias que los ratones nacidos de madres monógamas.
A su vez, otro estudio halló que los ratones que producen más feromonas tienen períodos de vida más cortos: sólo el 48% de ellos vivió hasta el final del experimento comparado con el 80% de los ratones cuyos parientes vivían en pareja monógama.
Es probable que eso se deba a que se requiere mucha energía para producir los atractivos sexuales secretados en la orina y de ciertas glándulas, añadió el estudio.
El nuevo estudio ilustra que la salud, la expectativa de vida y la capacidad de un ratón para atraer parejas depende no solo de los genes de sus parientes sino de la epigenética, esto es, la forma en que el ambiente de los progenitores modifica los genes de sus crías.
«Las feromonas son el lenguaje de los ratones», dijo Adam C. Nelson, autor principal del estudio. «Cuando las hembras se aparean en un ambiente competitivo programan a sus hijos para que tengan una ventaja en la producción de feromonas».