Argentina no registró ningún fallecimiento por paludismo el año pasado y la mortalidad bajó a una tasa anualizada de 16% entre 2000 y 2013, situándose en el quinto lugar en el ranking mundial por la rapidez en disminuir ese indicador, según un estudio comparativo entre 188 países.
La incidencia o aparición de nuevos casos en el país disminuyó a razón del 3,1% anual en los últimos 10 años y la última transmisión autóctona de la enfermedad se produjo en 2010.
Estos datos surgen del estudio «Incidencia y Mortalidad Global, Regional y Nacional de VIH, Tuberculosis y paludismo durante 1990-2013», que el Instituto para la Medición y Evaluación de la Salud (IHME) de la Universidad de Washington presentó en la Conferencia Internacional sobre Sida en Melbourne, Australia.
La información que alimenta estos modelos es «oficial de cobertura nacional» en países que llevan «estadísticas de mortalidad y vigilancia epidemiológica como Argentina, y estimaciones que realizamos nosotros cuando no la hay», dijo a la agencia Télam Rafael Lozano, director de las iniciativas para Latinoamérica y el Caribe IHME.
Dos tipos de parásitos causan el paludismo, que transmite el mosquito anopheles: «el que prevalece en África es mortal» y el de América no, lo que en parte explica que «prácticamente ya no tenemos muertes -excepto en Colombia y Brasil- y muchos de los casos son foráneos, no nativos», indicó.
No obstante, dijo, «en el cono sur está el mosquito y el plasmodio (parásito)» y, aunque la enfermedad «está controlada», los estados no deben descuidarse «porque hubo «epidemias muy grandes en la zonas tropicales».
Respecto a las medidas necesarias para reducir la incidencia y mortalidad, Lozano aseguró que si bien «cada país tiene su propia estrategia» sanitaria, todas tienden al «control del vector, la disponibilidad del medicamento y el tratamiento oportuno».
Según el informe, en Argentina aparecieron 1,4 casos nuevos de paludismo cada 100.000 habitantes el año pasado, una cifra muy por debajo de los 64,9 registrados en Brasil y 131,69 en Colombia.
Además, la tasa de disminución anual de la incidencia, de 3,1%, es mucho más acelerada que la del vecino Brasil (0,08%) o Colombia (1,85%), y cercana al valor del indicador a nivel global: 3,3%.
En cuanto a la mortalidad, Argentina ostenta valores inferiores a 1 caso por cada 100.000 desde 2008, mientras que en Colombia murió una persona cada 770.000 a causa del paludismo el año pasado y en Brasil produjo un deceso cada 2,5 millones de personas.
Muy diferente es el panorama a nivel mundial, con casi 12 muertes y 2.360,4 contagios cada 100.000 personas en 2013, concentrándose en África Subsahariana e India la mayor parte de los nuevos casos.
Sin embargo, las muertes anuales por paludismo disminuyeron a 855.000 en 2013, después del pico de 1,2 millones en 2004.
En virtud de sus buenos indicadores, Argentina está en vías de ser declarada «país libre de paludismo», anticipó el viceministro de Salud, Jaime Lazovski, en abril último.
Lazovski atribuyó esos resultados a la aplicación de «protocolos de vigilancia para impedir que la enfermedad vuelva a instalarse».
En Argentina, la principal zona de riesgo es el norte de Salta, en especial el área rural de los departamentos San Martín y Orán.
El informe destaca que el país muestra «un considerable progreso» también en la lucha contra el VIH/Sida y la tuberculosis, con un «significativo declinamiento en las tres enfermedades desde que las metas de desarrollo del milenio» fijadas por la ONU en el año 2000. Según el estudio, durante el año pasado se produjeron en Argentina 11 nuevos casos y casi 4 personas por cada 100.000 murieron por VIH/Sida, mientras que a nivel mundial 24,8 contrajeron la enfermedad y 18,5 fallecieron por esa causa.
Por otro lado, la cantidad de nuevos casos se redujo a un ritmo de 1% anual entre 2000 y 2013. En México la contracción fue de 0,2% y en Colombia de 0,44, en cambio en Brasil aumentaron 0,28% cada año.
En ese lapso, las muertes por VIH/sida disminuyeron a un ritmo de 2,7% anual en Argentina, mientras en el mundo el retroceso fue del 1,5% anual. Inversamente, en países como Ecuador y Uruguay los decesos aumentaron a razón de 1,89 y 4,14% anual.
En cuanto a la tuberculosis, la incidencia en Argentina durante 2013 fue de 31 personas cada 100.000 y la mortalidad de 1,7; mientras que a nivel mundial se registraron 99,3 casos nuevos y 19 muertes.