Existen distintas profesiones que generan más riesgos que otras y la construcción es la primera. Así lo aseguraron los ingenieros Antonio Medana, Carlos Ríos y Roberto Tomasino, quienes participaron de un panel en representación del ministerio de Trabajo de la Provincia de Buenos Aires, en un evento organizado por la Superintendencia de Riesgos de Trabajo (SRT).
La conferencia, de nombre «Indicadores de la accidentabilidad laboral en la Argentina», se llevó a cabo en el marco de la VII Semana Argentina y la II Semana Federal de la Salud y Seguridad en el Trabajo, como parte de una jornada donde participan hasta mañana las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Mendoza, Neuquén, Rosario y Salta, mediante videoconferencias.
• Las profesiones más riesgosas
El panel concluyó que el trabajo más riesgoso es el de la construcción. De los 271 accidentes laborales que se registraron durante 2008 en la Provincia y la Ciudad de Buenos Aires, 57 correspondieron a esta actividad. Le siguieron 53 en manufacturas, 44 tanto en transporte como en servicios comerciales, y 26 en el sector financiero.
En cuanto a los índices de incidencia de riesgos de sufrir un evento desafortunado dentro del ámbito laboral según la actividad económica, se ubicaron primero la construcción, con 168,4 sobre mil empleados y le siguieron la agricultura con 115, 1; manufactura, con 96,7; transporte con 72,5 y servicios financieros con 49.
A su vez, los expertos indicaron la potencialidad de riesgos de las profesiones según la provincia. Por ejemplo, en Santa Cruz, los cinco accidentados que hubo en 2008 se distribuyeron en los siguientes oficios: 1 en agricultura, 1 en minería, 1 en transporte y 2 en servicios financieros.
Si bien en casi la totalidad de las provincias argentinas la construcción se mantiene a la cabeza en materia de riesgos laborales, la actividad minera supera ese tope en Santa Cruz. Misiones y Río Negro por su parte, presenta elevados índices de riesgo laboral en agricultura y tanto Mendoza como Santa Fe, se registran tasas elevadas en la actividad manufacturera.
• Un análisis en las obras de construcción
Para medir los riesgos del oficio, se realizó durante 2008 un ejercicio en la ciudad de La Plata, que consistía en avisar previamente a las constructoras que se iba a realizar una inspección sobre sus emprendimientos y a su vez, entregar una planilla que abarcaba las precauciones que se debían tomar ante los posibles riesgos.
A pesar de los anuncios y las recomendaciones, de las 180 obras censadas y 160 inspeccionadas, se registraron 91 infracciones e incluso cinco de ellas debieron ser suspendidas.
Los principales peligros registrados durante el trabajo fueron: caídas (55%), electricidad (20%), máquinas inseguras (10%), falta de elementos de protección personal (11%), y otros (4%). Los ingenieros recalcaron que el primer factor es solucionable mediante amarras y maderas, lo cual implica un muy bajo costo. El segundo puede evitarse mediante una conexión a tierra y un disyuntor, para lo cual tampoco se requiere de amplias sumas monetarias. El tercero y el cuarto van de la mano, ya que son responsabilidad del empleador: se debe auditar cómo trabaja el albañil y brindarle todas las herramientas necesarias para que esté protegido.
• Avances en 12 años
Durante el encuentro también se mencionaron datos concretos acerca de los índices de accidentes y mortalidad en el marco del empleo, así como de los avances en materia laboral. Se registró un crecimiento de los trabajadores cubiertos contra riesgos en un período de 12 años: pasaron de 4.363.136 en 1996 a 7.742.004 en 2008. El 70% de ellos se concentran en las provincias de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe.
Los promedios nacionales de accidentes eran de 70,9 sobre mil empleados en 1996, mientras que la cifra en 2008, descendió a 65,3. Las de muerte, sobre un millón de trabajadores, pasaron de 221 en 1997 a 123 en 2008, lo que representa una reducción de un 45% de estos eventos desafortunados.