Comer soja extra durante un año no ayuda a las mujeres a reducir el colesterol después de la menopausia, según un nuevo estudio. El trabajo respaldó la decisión de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) de revaluar en 2007 una política de una década que permitía a los productores atribuir al cultivo beneficios cardíacos, señaló el equipo de la doctora Sara Chelland Campbell, de la Florida State University, en Tallahassee.
Cuando una mujer deja de menstruar, su nivel de estrógeno baja. Eso aumenta el colesterol total, sube el LDL o «malo», y reduce el HDL o «bueno», publicó el equipo en la revista Menopause.
Dado que la soja contiene sustancias similares al estrógeno, llamadas isoflavonas, médicos creen que tiene beneficios para el corazón femenino en la post menopausia, como la reducción del colesterol y el refuerzo de la masa ósea, pero los estudios no lograron demostrarlo.
El objetivo del trabajo fue investigar los efectos de consumir a largo plazo la proteína de soja, en especial, 25 gramos de proteína y 60 miligramos de isoflavonas por día. Para realizarlo, el equipo reunió a 87 mujeres menores de 65 años, con sobrepeso y en la etapa del climaterio.
Las 62 participantes que se mantuvieron hasta el final del estudio tenían un colesterol total moderadamente alto. Las del grupo de control poseían 236 miligramos por decilitro (mg/dl) y las que tomaron soja, 231 mg/dL. (Se considera que menos de 200 mg/dL es un nivel óptimo)
Al azar, las mujeres consumieron productos de soja u otros alimentos con caseína (una proteína láctea) durante un año. El colesterol total y el HDL o «bueno» aumentaron levemente en las mujeres que consumieron productos de soja, pero no hubo efecto alguno en el colesterol LDL o «malo» ni en los triglicéridos.
Al año, el colesterol total promedio aumentó a 254 mg/dL (18 puntos) en el grupo de control y a 243 mg/dL (12 puntos) en el grupo que consumió soja. El colesterol HDL pasó de 58 a 63 mg/dL en el grupo control y de 57 a 60 mg/dL en el grupo que consumió soja.
Tener colesterol HDL por debajo de 50 mg/dL es un «factor de riesgo importante de enfermedad cardíaca» en las mujeres, según la Asociación Estadounidense del Corazón (AHA), mientras que un nivel de 60 mg/dL sirve para prevenirlas.
De acuerdo al equipo, desde 1999, la FDA autorizó que las etiquetas de los productos de soja declararan que una dieta reducida en grasa saturada y colesterol, junto al consumo de más de 25 gramos de proteína de soja, «reducen el riesgo de desarrollar enfermedad cardíaca».
Estudios recientes cuestionaron ese beneficio y, en el 2000, la AHA cambió de posición para decir que el beneficio de la proteína de la soja o de las isoflavonas es «mínimo, como máximo».
«Nuestros resultados respaldan la gran cantidad de evidencias que demuestran que no existen cambios favorables en el perfil lipídico, como resultado de la incorporación de 25 gramos por día de proteína de soja en la alimentación», concluyó el equipo