En Brasil, donde el culto al cuerpo es una obsesión, más de 1.700 personas se sometieron cada día a una cirugía estética en 2009, según un sondeo inédito del instituto Ibope.
El año pasado se realizaron en este país más de 640.000 cirugías plásticas, y el 82% del total correspondieron a mujeres, precisó el estudio. En primer lugar se posicionaron las de busto, mediante la aplicación de prótesis de silicona, y en el segundo puesto, las liposucciones. Mientras que entre los hombres, las operaciones mayoritarias fueron para corregir los párpados y la nariz.
«Los volúmenes de silicona utilizados hace unos años variaban entre los 150 y los 220 mm. Hoy los más corrientes son 280, 300 y 350 mm y hasta a veces más», afirmó la cirujana plástica Luciana Pepino en el website G1 de Globo.
Según el responsable de la investigación, Ewaldo Bolivar, los médicos deben orientar a las mujeres para evitar los excesos: «el cirujano plástico es un psicólogo con un bisturí en la mano. Lo que puede aconsejar, lo que puede aportar de bueno a la persona no es lo que ella fantasea», destacó.
Lograr unos senos de ensueño, un vientre plano o unos labios carnosos no son más la exclusividad de los ricos en Brasil, porque la caída de las tasas de interés y las facilidades crediticias democratizaron ampliamente el acceso a las cirugías plásticas.
