Cáncer de cabeza y cuello: otra cara del tabaquismo

Por Soledad Llarrull.- Fumar es una causa popularmente conocida de tumores de pulmón. Pero una  encuesta realizada en el país muestra que sólo 2 de cada 10 personas son conscientes de que también puede producirlos en regiones como la boca o la garganta. Se sabe poco de esta enfermedad y las consultas no suelen llegar a tiempo para controlarla.

El tabaquismo, el alcoholismo y el VPH, entre las principales causas de cáncer de cabeza y cuello

Muchos no saben qué es el cáncer de cabeza y cuello ni conocen su fuerte asociación con el tabaquismo. Y muchos de los que creen saber de qué se trata, lo confunden con los tumores cerebrales. Este desconocimiento no es exclusivo del público general, también alcanza a los profesionales de la salud.

 

Estos son algunos de los resultados que arrojó una reciente encuesta realizada en el país sobre las causas, síntomas y características de esta enfermedad. Las conclusiones fueron presentadas por el Dr. Raúl Eduardo Giglio, médico de planta del servicio de Clínica Oncológica del Instituto de Oncología Ángel H. Roffo y miembro titular de la Asociación Americana de Oncología (ASCO), y el Dr. Gonzalo Gómez Abuin, médico oncólogo del Hospital Alemán.

 

Seis de cada diez encuestados dijeron conocer el cáncer de cabeza y cuello, que es el sexto tipo de cáncer más frecuente en el mundo, pero la mitad de ellos cree, equivocadamente, que afecta en forma directa al cerebro. En general, los consultados reconocieron la mayoría de los síntomas, pero una gran proporción (44 %) señaló en forma incorrecta que los dolores de cabeza o los mareos son indicios de este tipo de tumor.

 

No es de sorprender entonces que pocas veces esta enfermedad se llegue a detectar en forma temprana. “Hay dos retrasos: la demora del paciente en consultar y también la que causa el médico que no se da cuenta de que el paciente puede tener un cáncer”, enfatiza Giglio. Según el especialista, el 83 % de las consultas se hacen cuando la enfermedad está en estadíos avanzados, y en esas instancias se vuelve difícil de tratar. Un dato no menor, si se tiene en cuenta que, comparado con el cáncer de mama, de cuello de útero o el melanoma, el cáncer de cabeza y cuello produce más muertes por número de casos.

 

Información clave de la enfermedad

 

Estos tumores se producen en las células que cubren los tejidos y órganos de la región de la cabeza y el cuello, incluyendo la boca, la faringe, laringe, las fosas nasales, glándulas salivales, garganta y ganglios linfáticos en el cuello. Afectan principalmente a los hombres de edades entre 50 y 60 años, pero también se producen muchos casos en personas entre los 20 y 30 años.

 

Los síntomas dependen del lugar donde se encuentre el tumor: inflamación y dolor en los ganglios del cuello, dolor de oídos o al tragar, dolor de garganta que no desaparece, úlceras en la boca, dificultad para tragar, cambios de voz, disfonía o ronquera persistente.

 

El tabaquismo es el principal factor de riesgo para contraer esta enfermedad. Pero también el alcoholismo y las infecciones por el virus del papiloma humano (VPH) trasmitido a través de la práctica de sexo oral están entre las causas más frecuentes. Si bien aún se desconoce la cifra en Argentina, es muy probable que las infecciones por VPH alcancen al 50 % de los pacientes con tumores de cabeza y cuello, y es una de las causas que han hecho que los casos en mujeres prácticamente igualen a los producidos en hombres, principalmente entre los 20 y 30 años.

 

Formas de detección

 

El examen clínico es muy sencillo de hacer. “Es tan simple como abrir la boca”, resume Giglio y agrega: “Esto es importante porque el diagnóstico puede ser precoz”. También es simple la detección de ganglios inflamados en el cuello y hay que tener presente que estos tumores duelen cuando ya están avanzados.

 

Giglio destaca el rol de los odontólogos en la detección de la enfermedad. Estos profesionales tienen un nivel de alarma importante y pueden llegar a derivar más casos que los generalistas.

 

Tratamiento

 

“Como los tumores de cabeza y cuello permanecen en esas áreas por mucho tiempo, son muy útiles los tratamientos locales” explica Giglio y aclara que éstos se establecen en forma individualizada y priorizando la preservación de los órganos.

 

En los estadíos más tempranos, el tratamiento involucra radioterapia y cirugía. Las etapas más avanzadas pueden requerir tratamientos combinados con quimioterapia y agentes biológicos.

 

Estos tratamientos pueden afectar la alimentación, el habla e incluso la respiración, por lo que es posible que el paciente necesite rehabilitarse. De allí que los especialistas insistan en la necesidad de tomar conciencia de la enfermedad y consultar lo antes posible.

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