Cáncer de páncreas, una enfermedad difícil de diagnosticar

La ubicación de la glándula, oculta detrás de otros órganos, dificulta la detección de tumores por palpación. El mal no causa síntomas inmediatos y su progresión es rápida. Representa la cuarta causa de muerte por tumores malignos en EEUU.

Steve Jobs sufría cáncer de páncreas desde 2004.

Según el Instituto Nacional del Cáncer de los EEUU, el cáncer de páncreas, la cuarta causa de muerte por tumores malignos en ese país, produjo 37.660 decesos en lo que va del 2011. A esto se suman cerca de 44.000 nuevos casos, que en su mayoría involucran a personas mayores de 65 años.

El páncreas es una glándula localizada detrás del estómago y por delante de la columna. Produce jugos y enzimas que ayudan a descomponer los alimentos y hormonas que contribuyen a regular los niveles de azúcar en la sangre.

Las transformaciones malignas en este órgano adoptan dos formas principales. La más común, llamada cáncer de páncreas exógeno, se inicia en los conductos que transportan los jugos pancreáticos. Con mucha menor frecuencia, el tumor comienza en las células que producen hormonas, por lo que se lo denomina cáncer pancreático endócrino o neuroendócrino, o cáncer de las células de los islotes. Según se informó, Steve Jobs sufría una rara forma de esta última enfermedad.

Algunos factores de riesgo para el desarrollo de la enfermedad son: el tabaquismo, la diabetes prolongada, la pancreatitis crónica y algunos trastornos hereditarios. Este mal es difícil de detectar con anticipación. No causa síntomas de inmediato y cuando éstos aparecen, suelen ser vagos o imperceptibles. Incluyen una coloración amarillenta de la piel y los ojos, dolor en el abdomen y la espalda, pérdida de peso y fatiga.

Además, como el páncreas está oculto detrás de otros órganos, los médicos no pueden detectar ni palpar los tumores en los exámenes de rutina. Dado que con frecuencia se descubre tarde y se disemina de manera rápida, estos cánceres pueden ser difíciles de tratar. Las posibles terapias incluyen cirugía, radiación y quimioterapia.

Fuentes: Instituto Nacional del Cáncer (NIH, EEUU) y MedlinePlus.

Revisión: Dra. Cynthia Vartalitis, FUNCEI.

 

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