China eliminó, tras 20 años, la prohibición de entrada al país a los extranjeros portadores del Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), a tres días de la inauguración de la Exposición Universal de Shanghái, a la que se espera que acudan unos cinco millones de foráneos. Además, a partir de ahora también se les permitirá el acceso a personas con enfermedades de transmisión sexual y lepra, informó hoy la agencia oficial de noticias china Xinhua.
Según la decisión tomada ayer por el Consejo de Estado (Ejecutivo), «después de adquirir un mayor conocimiento sobre las afecciones, el Gobierno ha comprendido que esta prohibición tiene unos efectos muy limitados en la prevención y el control de las enfermedades en el país».
La restricción que hubo hasta ahora produjo numerosas polémicas, la más reciente de ellas el caso de Robert Dessaiz, de 66 años y uno de los escritores más famosos de Australia, al que se le impidió el pasado mes de marzo viajar a China por su condición de portador de VIH.
El Ejecutivo chino subrayó que «la negativa también causaba inconvenientes en el país cuando se celebraban eventos a nivel internacional». Ya se había levantado temporalmente la supresión en diversos acontecimientos de importancia como los Juegos Asiáticos de Pekín en 1990, la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer en 1995 y los Juegos Olímpicos de Pekín en 2008.
El portavoz del Ministerio de Salud, Mao Qunan, indicó que «las bases para levantar la prohibición comenzaron hace años. Pero ciertos procedimientos legislativos trabaron la medida.
El veto de entrada a los portadores de VIH se impuso en los años 80 cuando el Gobierno consideraba esta enfermedad como un «mal extranjero», mientras decenas de miles de sus ciudadanos se contagiaban dentro del país a causa de negocios incontrolados de compraventa de sangre.
Después de años de olvido y discriminación de los afectados, el Ejecutivo chino ha cambiado su actitud con campañas de prevención y de concientización, pidiendo a la población que no condene a seropositivos y enfermos de sida al ostracismo.
La interdicción anterior se produjo «por una falta de conocimiento ilimitado del sida y otras enfermedades», reza el comunicado del Consejo de Estado. Además también se ha decidido reducir las restricciones de entrada a personas que sufran afecciones mentales y a aquellos que padezcan tuberculosis.
A partir de ahora, sólo se les denegará el acceso a «los enfermos mentales graves» y a las personas con tuberculosis infecciosa, señaló la prensa china. El gigante asiático se suma así a países como Estados Unidos y Corea del Sur, que el pasado mes de enero levantaron la eliminación de las restricciones de viaje para personas portadoras del virus del sida.
De acuerdo con el Ministerio de Sanidad, se estima que el número de afectados por el virus en el país alcanza los 740.000, con 49.845 fallecidos desde que se detectó el primer caso en 1985. Sin embargo, expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y otros círculos creen que el número real es mucho mayor, ya que sobre todo en zonas rurales, aún hay secretismo y falta de conocimientos sobre la enfermedad.
La directora general de la OMS, Margaret Chan, estimó que «la decisión de China de eliminar categóricamente el sida-VIH de la lista de enfermedades sujetas a restricciones de entrada es un paso significativo en la buena dirección».
Más de 50 países tienen todavía leyes y restricciones que exacerban la marginación de las personas seropositivas, lo que limita su acceso a tratamientos.