Cómo evitar la transmisión de enfermedades en el hogar

La casa es sinónimo de refugio y seguridad, y muchos la mantenemos limpia y ordenada. Pero, a pesar de la mayor o menor prolijidad, nuestro hogar también representa una fuente importante de gérmenes que pueden transmitir infecciones y enfermedades.

Convivimos todo el tiempo con agentes infecciosos: es imposible pretender vivir en un lugar totalmente aséptico. De hecho, esta exposición a potenciales patógenos en cierto punto ayuda a fortalecer nuestro sistema inmunológico. Sin embargo, algunas enfermedades transmitidas por la falta de higiene en el hogar son serias, por lo que es necesario adoptar determinados hábitos de desinfección y limpieza.

 

Baño: es fundamental lavarse bien las manos con jabón y agua tibia después de ir. Además de la limpieza con desinfectante en inodoros, bidets y bañeras, hay que tener en cuenta otros aspectos menos obvios: el botón o la manija con la cual se hace la descarga del inodoro es una de las zonas más sucias, ya que uno por lo general, uno suele lavarse las manos al final.

 

Por este motivo, la limpieza frecuente de estos elementos deviene un punto crucial de la desinfección. También es recomendable mantener baja la tapa del inodoro para hacer la descarga, a fin de evitar salpicaduras de agua contaminada hacia otras superficies.

 

Por otra parte, las esponjas o trapos que se usan para limpiar los baños deben ser “exclusivos”: no pueden usarse para limpiar otras partes de la casa, en particular, la cocina.

 

Cocina: si bien no constituye un lugar tan evidente de posible infección como el baño, esta parte de la casa también puede ser fuente de contagio de enfermedades si no se toman las medidas adecuadas. Antes de manipular alimentos, siempre hay que lavarse bien las manos. Las superficies donde se van a apoyar alimentos, como la mesada y las tablas, también deben estar limpias y desinfectadas.

 

Con respecto a los utensilios de cocina, nunca hay que usar los mismos elementos para los alimentos crudos y los cocidos. Por ejemplo, si estamos cocinando bifes con puré, el tenedor que usamos para dar vuelta el bife en la plancha nunca puede ser el mismo que usamos para probar si el puré está listo. Tampoco hay que emplear la misma tabla para cortar la carne y las verduras.

 

Por su parte, resulta preferible que el tacho de basura tenga un sistema de apertura con el pie, para evitar tener que recurrir a las manos. También es importante lavársela después de tocar el cesto, además de limpiar y desinfectar este recipiente con regularidad. Por otra parte, hay que desinfectar la esponja, los trapos o repasadores con los que se limpie la cocina y reemplazarlos de manera frecuente.

 

Mascotas: considerados un miembro más de la familia, los animales domésticos también transmiten gérmenes y parásitos. Por lo tanto, es necesario que tengan sus propios platos y que éstos se laven con regularidad. No se debe permitir que los animales caminen por las superficies donde se preparan alimentos y hay que lavarse las manos después de tocar a la mascota o sus objetos, como juguetes o huesos.

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