El fármaco que saca al VIH de su “escondite”

Un remedio contra el cáncer fue capaz de erradicar el virus que permanece latente en ciertas células. Tras encontrarlo, ahora buscan poderlo destruir. El hallazgo podría ayudar en un futuro a erradicar el patógeno, que hoy permanece en el organismo por ser capaz de mezclarse con el ADN.

Aunque los antirretrovirales mejoraron notoriamente la calidad de vida de los pacientes con VIH, siguen teniendo sus límites: no son capaces de detectar los reservorios de virus latentes que quedan en ciertas células. Pero ahora, un estudio publicado en la revista  Nature muestra que un fármaco contra el cáncer es capaz de sacar al patógeno de su escondite y así, ponerlo en evidencia.

Según detalla el diario español El Mundo, en la actualidad hay al menos 12 estudios en marcha que buscan acabar con estos reservorios, que permiten que el virus reaparezca ni bien se abandona el tratamiento. Pero el que acaba de publicar David Margolis, perteneciente a la Universidad Chapel Hill de Carolina del Norte, en EEUU, es el primero en demostrar una estrategia que puede ser eficiente en humanos.

El equipo de Margolis probó el remedio vorinostat, que suele usarse contra en linfoma, en ocho varones con el virus y hallaron que este fármaco pudo desalojar el VIH de las células latentes con éxito.

Sin embargo, para el doctor José Alcamí, director del Laboratorio de Inmunopatología del Sida del Instituto de Salud Carlos III de Madrid, no se puede ser optimista al 100%, ya que “no se ha probado sí, además de activar los reservorios del virus, logra también eliminar definitivamente a esas células”.

Para este experto, sería necesaria una estrategia combinada para “quitar” el VIH de su escondite y, posteriormente, lograr que la célula en la que se insertó muera definitivamente. “Pero para ello sería necesario tomar muestras de sangre de los pacientes y hacer un recuento de las células infectadas, antes y después del tratamiento”, declaró Alcamí al periódico español.

El VIH queda en  el organismo a pesar del tratamiento porque es capaz de integrar su ADN en el genoma de algunas células, que no expresan ninguna proteína viral y, por tanto, pasan desapercibidas para el sistema inmunitario.

Cuando estas células “despiertan” ( porque el paciente abandona su medicación), ponen en marcha de nuevo el ciclo viral, generando más proteínas capaces de infectar nuevas células y empeorar la infección.

Steven Deeks, experto de la Universidad de San Francisco, comentó también en la revista Nature que este hallazgo es tan importante como el descubrimiento del AZT (zidovudina), que lograba reducir la replicación del virus en el organismo. Pero admitió «como cualquier avance que funciona por primera vez en humanos», abre más interrogantes que habrá que resolver en el futuro.

«Aunque eran resultados preliminares, (la invención del AZT) demostró que era posible y abrió la puerta a toda una nueva generación de antirretrovirales, como ahora esperamos que este hallazgo forme parte de una estrategia combinada capaz de acabar con la infección», concluyó.

Fuentes: ELMUNDO.es

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