El largo recorrido de una vacuna

Por Celina Abud.- Médicos, investigadores y funcionarios explicaron a DocSalud.com los pasos que deben superar para ser efectivas. La última en ser incorporada al calendario oficial fue la antineumocócica.

Erradicar enfermedades como la poliomielitis o la viruela y disminuir la incidencia de patologías como la hepatitis A y B, así como también el sarampión, la tos convulsa y la rubeola fue posible gracias a las vacunas, que no sólo son clave en los niños, sino también en los adultos. En ese sentido, no es casualidad que los gobiernos del mundo, así como los organismos internacionales y las ONGs insistan en la importancia de incorporar nuevas inmunizaciones a los calendarios oficiales. En esa línea, Argentina sumó el pasado año al propio la vacuna antigripal y las que protegen contra el virus del papiloma humano (VPH) y el neumococo.

Si bien durante 2012, el Ministerio de Salud de la Nación planea generar una estrategia de implementación para que estas tres vacunas se distribuyan en todo el país y efectivamente se apliquen, en un futuro espera incorporar otras, como la del rotavirus, un agente que provoca enfermedad diarréica en los niños y que puede ser mortal.

La decisión de un Gobierno de sumar una inmunización y su aplicación en hospitales y vacunatorios públicos es tan solo el último paso de un largo camino, que abarca desde la investigación básica hasta las más aplicadas de las estadísticas. DocSalud.com consultó a los protagonistas de esta cadena que une a médicos, representantes de sociedades científicas, funcionarios e investigadores.

Desarrollo y aval  de los expertos

Antes de ingresar al sistema de salud, las vacunas deben atravesar con éxito distintos estudios (Ver: “Las vacunas, desde el laboratorio”) que avalen su seguridad y eficacia. Pero cuando un Gobierno evalúa incluir en el Calendario Nacional de Vacunación (CNV) una inmunización disponible en el sector privado para que sea obligatoria y gratuita, no sólo analiza los datos epidemiológicos de cada país en relación a una patología, sino que también escucha la opinión de autoridades de sociedades científicas.

El doctor Daniel Stamboulian, presidente de la Fundación Centro de Estudios Infectológicos (FUNCEI) tuvo un rol influyente en la inclusión de la vacuna antigripal para grupos de riesgo y de la antihepatitis A para los niños. También abogó por la reciente incorporación de la inmunización contra el neumococo, ya que indicó que “no hay ninguna enfermedad infecciosa prevenible por vacunas que mate más gente que las causadas por esta bacteria”. Este agente puede provocar neumonía, meningitis y sepsis.

“Recomendamos la vacuna antineumocócica tras los resultados positivos que se obtuvieron luego de su aplicación en EEUU en el año 2000.  Entonces se demostró no sólo una gran disminución de la mortalidad y morbilidad (enfermedad) en los niños inoculados, sino que también se protegió a familiares no vacunados por conseguir la llamada ‘inmunidad de rebaño’. Es que a más niños protegidos, menos circulaba la bacteria”, indicó Stamboulian.

En ese sentido, recomendó junto a colegas de otras sociedades incorporar una inmunización que protege contra 13 serotipos de la bacteria para los niños menores de dos años, que comenzó a aplicarse desde enero.

“Tan importante es esta vacuna que hace pocas semanas la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) aprobó el uso de esta vacuna para los mayores de 50 años, al igual que hace poco tiempo lo hizo el ente regulador de EEUU, la FDA. Aunque en Argentina esté indicada la vacuna polisacárida antineumocóccica para los mayores de 65 años, la inmunización que se aplica a los niños resultó más eficaz para prevenir neumonías, además de la enfermedad invasiva”, recalcó el infectólogo.

Stamboulian y su colega el doctor Alberto Roseto, fueron los primeros en determinar que el rotavirus representaba la causa número uno de las diarreas infantiles, hallazgo publicado en la década de 1970 en la revista científica Lancet. Esta investigación fue el primer paso para el desarrollo de inmunizaciones seguras que protegen contra este agente y que hoy fueron incorporadas en los planes de vacunación de países como Brasil y México.

“Este compuesto todavía no se ha incorporado en nuestro país porque el rotavirus enferma más de lo que mata, mientras que el neumococo provoca más decesos. Sin embargo, esta es una de las vacunas que se vienen”, indicó el infectólogo, tras asegurar que la experiencia internacional con la vacuna fue más que favorable.      

Es que, en palabras de Stamboulian, el Gobierno empezó a escuchar con atención las recomendaciones de las sociedades científicas a partir de la gestión de Ginés González García en el Ministerio de Salud. Uno de los primeros hitos de esa etapa fue la incorporación de la vacuna de la hepatitis A para los niños en 2005, lo que permitió que en la actualidad casi no haya trasplantes hepáticos en este grupo.

Las decisiones oficiales

El Ministerio de Salud de la Nación posee un programa de vigilancia de enfermedades inmunoprevenibles a cargo de la doctora Carla Vizzotti que,  junto con la Comisión Nacional de Inmunizaciones – compuesta por sociedades científicas, la ANMAT, la Organización Panamericana de la Salud (OPS), integrantes de la cartera sanitaria y líderes de opinión- deciden qué vacuna incorporar al CNV.

La funcionara explicó a este medio que esta elección se hace “en función de que haya una carga importante de la enfermedad, que esté disponible una inmunización efectiva, que su aplicación provoque un impacto en la salud pública, y también en base a la sustentabilidad, es decir, que una vez que se incorpora al calendario, qse tenga asignado un presupuesto y se pueda sostener su intervención a lo largo del tiempo”.

Pero de la mano de las nuevas vacunas, también se decide la población objetivo a la que están destinadas de forma obligatoria y gratuita. La ùltima incorporación fue la vacuna contra el neumococo, “una bacteria que provoca la mitad de las neumonías en los niños menores de dos años, además de meningitis”, indicó Vizzotti.  En coincidencia con este escenario, se incorporó la vacuna antineumocócica en este grupo: los menores de un año de vida deben recibirla a los dos, a los cuatro y a los 12 meses. Pero si los pequeños tienen 24 meses de edad, deben aplicarse dos dosis con un intervalo mínimo de ocho semanas.

Según confirmó la funcionaria, alrededor de 500 chicos mueren anualmente en el país a causa de patologías causadas por el neumococo. Pero si no matan, estos padecimientos pueden dejar serias secuelas auditivas y neurológicas.

La enfermedad neumocócica, que afecta particularmente a la primera infancia, es prevenible por vacunas. Pero a esta inmunización, que estaba disponible sólo en el sector privado, no podía acceder gran parte de la población, ya que cuesta alrededor de 400 pesos cada dosis y los niños deben recibir tres. Al ingresar al CNV, es gratuita y obligatoria para el 100% de la población objetivo”, indicó Vizzotti. Ejemplificó que también se eligieron poblaciones de riesgo cuando se lanzó la vacunación antigripal tras la pandemia de 2009, donde un grupo de personas era más susceptible de morir o tener complicaciones por el virus A H1N1.  Por otra parte, agregó que mantener las coberturas al día es también un acto solidario, al interrumpirse la circulación de un agente patógeno.

Expectativas a futuro

Vizzotti supone que las tasas de cobertura de la inmunización contra el neumococo serán muy altas y así bajará la incidencia de la enfermedad causada por esta bacteria, que afecta principalmente a niños menores de 5 años y adultos mayores de 65. De hecho, según confirmó, espera tener resultados preliminares sobre el impacto de la vacunación para el pròximo año.

“A diferencia de la inmunización contra el VPH, para la cual esperamos una disminución en la incidencia del cáncer de cuello uterino a largo plazo, cuando las niñas de 11 años que las reciben hoy sean adultas, en el caso del neumococo los resultados se ven antes, ya que son infecciones muy agudas”, indicó.

Por su parte, el doctor Daniel Stetcher, médico de la División de Infectología del Hospital de Clínicas José de San Martín, confirmó que este compuesto ya se aplica en la institución y que si bien es muy pronto para evaluar el impacto en la cobertura, “se espera que cerca de 700 mil chicos se inoculen, porque esta vacuna a diferencia de otras, se aplica durante todo el año, y no existe un motivo para no dàrsela, ya que es gratuita, obligatoria y segura”.

Por ùltimo, el infectólogo recordó que la vacunación “no es sólo cosa de niños”, sino que también los adultos deben recordar tener sus carnets al día. Y agregó que más allá de los nuevos antígenos, la población no debe olvidarse de las antiguas inmunizaciones que hicieron que enfermedades con altas tasas de mortalidad, hoy sean historia.  

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