La mamá de Luz Milagros Verón Boutet, la beba chaqueña que había sido dada por muerta al nacer y falleció este domingo después de llegar a sobrevivir más de 14 meses, dijo que ahora la nena está «corriendo y riendo, como fue el sueño de todos».
Este lunes, cientos de personas llegadas de distintos puntos de la región se acercaron a la sala velatoria de la Cooperativa de Agua de la localidad de Fontana para despedir a la pequeña desde temprano.
Los restos de la beba, en medio del dolor de familiares y amigos, fueron finalmente sepultados esta tarde en el cementerio local.
«Hola familia. Porque eso fueron, son y serán. Dios me la prestó y puedo asegurar que en este año, dos meses y 20 días me hizo la mujer más feliz del planeta. Hoy mi ángel está feliz corriendo. Riendo como fue el sueño de todos lo que la amamos», escribió Analía Boutet, la mamá de la nena, en su cuenta de la red social Facebook.
«Luz se fue, pero dejó un poco de esperanza en cada uno de nosotros», dijo en el velorio la abuela de la nena en declaraciones al sitio 24siete.com.ar.
«Verla sufrir así fue lo más triste. Ahora va a descansar en paz con Dios y nosotros no la vamos a olvidar jamás, siempre va a estar presente, y ella será ejemplo de vida para mucha gente en todo el mundo», expresó la mujer.
La beba falleció este domingo en el Hospital Provincial de Rosario, donde estaba internada en estado crítico desde hacía 24 horas, tras sufrir un paro cardíaco.
Luz Milagros había tenido un paro cardiorespiratorio este sábado mientras se encontraba en la casa de su abuela materna, que vive en Rosario, en medio de la campaña impulsada por su mamá con el fin de juntar fondos y llevarla a China, donde se le iba a realizar un tratamiento con células madre, con el fin de mejorarle la calidad de vida.
El 3 de abril de 2012, Luz Milagros había nacido por cesárea en el Hospital Perrando, de Resistencia, y los médicos que asistieron el parto la consideraron fallecida.
Su madre exigió conocer el rostro de la pequeña y cerca de doce horas después descubrió que estaba con vida, en una caja de madera guardada dentro de una heladera de la morgue del centro asistencial.
Tras el fatal error y en base al trabajo de médicos del mismo centro asistencial, y del Hospital Italiano de Buenos Aires, la beba pudo sobrevivir, pero con graves secuelas, como actividad neurológica mínima.
La pequeña presentaba un compromiso neurológico y pulmonar crónico, recibía alimentación por gastrostomía y oxígeno por traqueotomía.
