El aumento de la enfermedad cardiovascular en los países en desarrollo podría amenazar el crecimiento económico y debe ser encarado en forma conjunta por los gobiernos, empresas y grupos asistenciales, dijo el lunes el Instituto de Medicina de las Academias Nacionales (IOM), en EEUU.
«Hay que hacer algo muy rápido porque si no, va a tener un impacto tremendo en el aspecto económico», dijo el presidente del comité que preparó el reporte, el doctor Valentin Fuster, del Mount Sinai Heart, de la Escuela de Medicina Mount Sinai, en Nueva York.
La enfermedad cardiovascular, la principal causa de muerte a nivel mundial, ha sido vista en su mayoría como un problema de naciones ricas e industrializadas. Pero más del 80 por ciento de las muertes relacionadas con el corazón y la enfermedad circulatoria a nivel mundial ocurren ahora en países en vías de desarrollo, dijo el reporte del IOM.
La falta de conciencia y liderazgo son las mayores barreras para combatir la creciente epidemia de enfermedad cardiovascular en el mundo desarrollado, afirmó Fuster.
El informe del IOM enfatiza el rol de la salud en el desarrollo económico, dijo Rachel Nugent del Centro de Desarrollo Global en Washington, quien trabajó en su redacción.
«La evidencia que hemos examinado muestra que la enfermedad cardiovascular reduce la productividad, y a largo plazo, amenaza el potencial de crecimiento económico de países con bajos y medianos ingresos», indicó Nugent.
Fuster, por su parte, aseveró que el sector privado tiene un rol clave en el desarrollo de estrategias de prevención, como ayudar a las personas a reducir su consumo de sal, azúcar, grasas saturadas y transaturadas en sus dietas, que contribuyen como factores de riesgo para sufrir una enfermedad cardiovascular.
El reporte también recomendó a firmas tecnológicas, médicas y farmacéuticas, aseguradoras y grupos de ayuda de salud públicos y privados que trabajen juntos para contar con herramientas de terapia y diagnóstico accesibles a las personas.