Los pacientes cardíacos suelen realizarse varias pruebas de diagnóstico por imágenes con dosis peligrosamente altas de radiación, indicaron investigadores de EEUU. Lo afirmaron tras un estudio que arrojó que más del 30% de los participantes que se sometieron a un tipo avanzado de test de estrés denominado perfusión miocárdica (MPI por su sigla en inglés) se expusieron a una cantidad de radiación lo suficientemente elevada como para aumentar su riesgo de cáncer.
«Se necesitan esfuerzos para disminuir esta dosis acumulativa alta y sus posibles riesgos para los pacientes», escribieron el doctor Andrew Einstein y colegas en Journal of the American Medical Association.
El equipo del Centro Médico de la Columbia University y el Hospital Presbiteriano de Nueva York difundió su estudio durante una reunión de la Asociación Estadounidense del Corazón, en Chicago. La investigación sigue a un estudio de julio de un equipo de la Yale University, que halló que casi uno de cada 10 adultos menores de 64 años se sometió a un procedimiento cardíaco que involucraba rayos en un período de tres años.
La exposición dañina por pruebas por imágenes de rutina se volvió una preocupación importante desde que las tomografías computadas se usan más ampliamente. Un estudio reciente apuntó a la perfusión miocárdica como una de las mayores fuentes de radiación de esta clase de estudios.
El equipo de Einstein buscó determinar cuánto sumaban estos controles cardíacos al riesgo de cáncer de un paciente. Para tal fin, se analizaron los datos de más de 1.000 pacientes tratados en el Centro Médico de la Columbia University en el 2006.
Los expertos utilizaron registros médicos para observar la cantidad total de controles cardíacos y otras pruebas que involucraran radiación entre 1988 y el 2008 para llegar a una dosis acumulada. También se observaron las historias clínicas para ver el motivo de las pruebas realizadas. El equipo halló que 200 pacientes del estudio (el 18,2 %) se sometieron a al menos tres MPI y que el 5% había pasado por cinco de esas pruebas.
La radiación se mide en milisievert (mSv). Los investigadores dijeron que una dosis de radiación de 50 mSv empieza a preocupar en términos de salud y que una de 100 mSv aumentaría el riesgo de cáncer.
Según la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA por su sigla en inglés), una tomografía de diagnóstico emite hasta 10 mSv de radiación, dosis que aumenta 1 en 2.000 el riesgo de muerte por cáncer.
En el estudio, 71 pacientes, o el 6,5%, recibieron dosis acumuladas de más de 100 mSv sólo por controles cardíacos, y un 31,4% de los evaluados recibió más de 100 mSv de todas las fuentes médicas posibles, incluidos 120 pacientes con una dosis acumulada de más de 200 mSv.
En el 67% de los casos, el motivo del control era dolor de pecho, problemas para respirar o ambas cosas. El equipo indicó que los pacientes y sus médicos deberían equilibrar la necesidad médica de pruebas con el riesgo de cáncer a largo plazo por exposición a la radiación.