Los niños en edad preescolar que roncan de forma habitual pueden tener un riesgo mayor de desarrollar problemas de comportamiento que otros chicos de su edad, según revela un nuevo estudio.
Los autores de la investigación, que publicaron sus resultados en la revista Pediatrics, descubrieron que los chicos de 2 y 3 años que roncaban de forma sonora al menos un par de veces por semana solían tener más problemas de falta de atención e hiperactividad.
Más de un tercio de esos roncadores «persistentes» estaban considerados al menos en peligro de tener un problema de conducta, como el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH).
Esa cifra se compara con el 10 o 12% de sus pares que o bien no roncaban o bien tuvieron problemas más breves, según los expertos dirigidos por Dean Beebe, del Centro Médico del Hospital Infantil de Cincinnati.
Los hallazgos no prueban que los problemas respiratorios lleven directamente a los de comportamiento o que tratar la causa del ronquido pueda mejorar la conducta de los chicos.
«Los niños roncarán a veces, especialmente cuando tengan un resfrío», dijo Beebe en un comunicado. «Es cuando persiste el ronquido cuando se vuelve preocupante», expresó.
Beebe añadió que el ronquido crónico y sonoro «debe estar en el radar de los padres, y es algo que deben plantear a su pediatra».
El estudio se suma a otras investigaciones que ya habían asociado la conducta infantil con el llamado trastorno del sueño relacionado con la respiración, en el que los niños roncan de forma crónica, respiran por la boca o parecen dejar de respirar durante varios segundos cuando duermen, también llamado apnea.
Para el estudio, 249 niños fueron supervisados desde su nacimiento y hasta los 3 años. En total, el 9% estaba considerado como un roncador persistente, según los informes de los padres. Eso supuso que habían roncado de forma sonora al menos dos veces por semana a la edad de 2 y 3 años.
Otro 23% eran roncadores «efímeros», lo que implica que habían roncado al menos dos veces por semana a los 2 ó 3 años, pero no a ambas edades. El resto de los niños, el 68%, se consideraron no roncadores.
El 35% de los roncadores persistentes lograron una puntuación en un cuestionario estándar que los consideraba al menos «en riesgo» de desarrollar un problema de comportamiento, aunque eso no significaba que tuvieran uno.
«No es necesariamente diagnóstico, pero están mostrando más problemas de lo habitual», dijo Beebe.
Hay motivos para creer que el trastorno del sueño relacionado con la respiración podría afectar la conducta de los niños. Una razón es que dormir mal podría dejarlos cansados y hacer que se frustren con más facilidad.
Según estudios en animales, es posible que cuando la apnea hace que los niveles de oxígeno bajen de forma repetida por la noche, pueda haber efectos en los circuitos cerebrales.