Extirparon tumor bucal a una niña antes de su nacimiento

Por primera vez, médicos de EEUU lograron separar el bulto con un láser, cuando la beba todavía estaba en el útero. La anomalía tenía el tamaño de una pelota de tenis. Así le salvaron la vida a la pequeña, que hoy tiene 20 meses.

Así se veía el tumor que salía de la boca de la bebé en las ecografías.

Médicos estadounidenses extirparon un tumor en la boca de una niña cuando estaba en el útero de su madre mediante un endoscopio guiado por un ultrasonido, en lo que se considera es la primera cirugía de este tipo.

Los cirujanos fetales de la Universidad de Miami y del Jackson Memorial Hospital, Ruben Quintero y Eftichia Kontopoulos, informaron que la operación de poco más de una hora se efectuó en 2010 y lograron cortar la protuberancia al feto con un láser mientras la madre estuvo bajo anestesia local.

«Entramos en el útero, en la bolsa de agua, vimos donde estaba el tumor del bebé, dentro de la boca, y con un láser lo cortamos y lo eliminamos«, declaró Quintero a periodistas.

La niña, Leyna Mykaella González, que ahora tiene 20 meses, nació saludable y una pequeña cicatriz en la boca es la única señal de su cirugía.

Sus padres, Tammy y Alain González, dijeron sentirse «afortunados» de haber recibido la ayuda de los médicos porque salvaron la vida de la niña.

La madre de la menor dijo que notó a través de las imágenes de un ultrasonido lo que parecía ser una bola saliendo de la boca de su bebé. Luego los médicos le dijeron que su hija tenía un teratoma oral, un tumor que le crecía en la cavidad bucal, y que cuando fue operado tenía el tamaño de una pelota de tenis.

Los doctores le informaron que había pocas posibilidades de que su niña sobreviviera al parto y si nacía viva, tendrían que hacerle una traqueotomía de emergencia para que lograra respirar, además de que después iba a necesitar varias cirugías.

La mujer no quería interrumpir su embarazo y buscó la ayuda de Quintero, un cirujano fetal de renombre mundial por ser pionero en la medicina fetal y que se especializa en corregir malformaciones congénitas y condiciones de alto riesgo de bebés en gestación, según el Jackson Memorial.

«Los médicos me explicaron que las opciones no eran buenas. A las 17 semanas comencé a sentir que la niña me daba pataditas y pensé que tenía que salvarla», dijo Tammy González.

Quintero explicó que la condición que tenía la pequeña es rara y se desarrolla en 1 de 100.000 bebés, debido a que una célula se multiplica de manera incontrolable.

Si el feto “no muere dentro del útero puede ser que llegue a termino, pero hay que hacerle una cesárea a la madre y en ese proceso hay que acceder a la vía respiratoria del bebé que en ese procedimiento puede que se muera», indicó el especialista.

El caso fue publicado recientemente en el American Journal of Obstetrics and Gynecology como el primer de su tipo. 

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