Ante el adelanto de la llegada de la influenza, desde el Ministerio de Salud de la Nación insisten en no demorar en aplicarse la vacuna antigripal, que es gratuita y obligatoria para los llamados grupos de riesgo. Las campañas con las dosis cubiertas por el Estado no están orientadas a frenar la circulación del virus, sino a proteger a aquellas personas más susceptibles a sufrir complicaciones o a fallecer en casos de enfermar. ¿Pero deberían vacunarse también los individuos que conviven con quienes pertenecen a esta población? DocSalud.com contactó a especialistas quienes especificaron en qué casos las personas que comparten el hogar con pacientes vulnerables deberían inmunizarse como medida extra de protección.
“La disponibilidad de vacunas no es infinita, por eso primero hay que vacunar al que tiene más riesgo de fallecer o de sufrir complicaciones”, explicó el doctor Pablo Bonvehí, coordinador de la Comisión de Vacunas de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI) y recordó que entre esa población se encuentra el personal de salud; las embarazadas en cualquier trimestre de gestación y las puérperas; los niños de entre 6 y 24 meses; y las personas de entre 2 y 64 años con factores de riesgo como enfermedades cardíacas, respiratorias, renales crónicas, inmunodepresión, diabetes y obesidad, entre otras; y todas las personas mayores de 65 años.
Sin embargo, para el experto, en determinados casos, “si quienes conviven con determinados pacientes también se inmunizan suman a la protección”, al disminuir la circulación del virus.
“Es conveniente que se vacunen las personas que viven con pacientes oncohematológicos, con problemas de tumores, o enfermedades hematológicas graves, que son los que más riesgo tienen de sufrir complicaciones”, indicó Bonvehí.
En la misma línea, el doctor Eduardo López, presidente de la Sociedad Argentina de Infectología Pediátrica (SADIP), opinó que “se deben categorizar a los grupos de riesgo” para saber en qué caso quienes conviven con ellos deben vacunarse.
Para el experto “no está mal que quienes viven con un paciente con inmunodeficiencia, cardiopatías graves o bajo tratamiento oncológico se vacune, porque estos son los pacientes más vulnerables”.
“Pero ante otras condiciones incluidas en los grupos de riesgo como las embarazadas, los chicos de entre 5 y 24 meses y los diabéticos compensandos, con que se vacune a la persona en riesgo ya basta”, agregó.
Con relación a qué miembros de la familia deberían ser los primeros en inmunizarse en caso de convivir con alguno de estos pacientes, López indicó que tendrían que ser los chicos, porque “son los mayores reservorios del virus de la gripe y no es casualidad que comience a circular con el comienzo de las clases”.
“Algunos países como Estados Unidos, cuyas recomendaciones están orientadas a que el virus circule lo menos posible, sugieren la vacunación hasta los 6 años de vida”, especificó.
Con todo, ambos profesionales remarcaron que al igual que toda la población, quienes conviven con grupos de riesgo no deben relajarse en las medidas de protección como el lavado de manos, la utilización de alcohol en gel, la ventilación de los ambientes, la consulta con el médico ante la aparición de síntomas y evitar el contacto cercano con la persona en riesgo ya que las gotas de saliva al toser o estornudar pueden transmitir el virus.
Bonvehí sugirió a quienes enferman y conviven con pacientes vulnerables “mantener una distancia mínima de dos metros y no permanecer en los mismos ambientes”.
