Ochenta millones de personas padecen Hepatitis C crónica y, a pesar de que ahora existe un fármaco que cura la enfermedad en tres meses, la gran mayoría no tiene acceso a dicho tratamiento por su elevado precio. Por ese motivo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) llamó a implementar estrategias de reducción de costos que amplíen el acceso al medicamento.
“La hepatitis C es una epidemia global, pero finalmente tenemos una cura efectiva, es un avance extraordinario que debemos generalizar», afirmó en una rueda de prensa Gottfried Hirnschall, director del programa de Hepatitis de la OMS.
Cuando hace dos años se aprobaron los nuevos fármacos antivirales de última generación (DAAs, en sus siglas en inglés) la comunidad médica temió que, dado su elevado precio (u$S 80.000) no pudieran estar disponibles para la gran mayoría de los pacientes.
Veinticuatro meses después, más de un millón de personas en países de ingresos bajos y medios consiguieron beneficiarse del nuevo tratamiento gracias a diferentes estrategias, pero esta cifra no deja de ser una fracción de los afectados. De hecho, según la Alianza Mundial para la Hepatitis, sólo un 1 % de los pacientes recibe tratamiento.
«Padecer Hepatitis C tiene consecuencias que afectan a toda su existencia, sufrimiento físico, estigma, miedo a transmitir la enfermedad, pero además, cuando usted sabe que hay un tratamiento y que no puede acceder a él, es extremadamente frustrante», explicó la directora general de la Alianza Mundial contra la Hepatitis, Raquel Peck.
Los nuevos fármacos poseen una tasa de cura de más del 95 %, tienen muchos menos efectos secundarios que las terapias anteriores y pueden sanar en tres meses la enfermedad, que mata a 700.000 personas cada año.
Los precios del tratamiento varían desde los u$s 76.000 en Polonia (el precio de los medicamentos para todos los pacientes representaría el 190 % del costo anual de todas las medicinas adquiridas por el país) a los u$s 200 en países en desarrollo.
Por ello, en muchas naciones ricas el tratamiento se raciona o se seleccionan pacientes.
Ante esta realidad, la OMS quiere ampliar ese contingente al mayor número de pacientes posible y aboga por implementar diferentes estrategias.
Las compañías que ostentan las patentes llegaron a acuerdos con 100 países para que puedan importar productos genéricos producidos en su mayoría en la India, pero muchos concluyeron el proceso para poder realizarlo dada su complejidad, y otros, como Brasil (costo de 9.000 dólares) o Rumanía (79.900) no tienen acceso a este método por ser considerados emergentes.
«Muchos de los que tendrían acceso a genéricos no tienen la capacidad para importarlos o no tienen la regulación que lo permite, es un proceso largo y difícil», explicó Suzanne Hill, directora de medicinas esenciales de la OMS.
«La buena noticia es que como los genéricos son de tan buena calidad como los patentados, la OMS está a punto de certificar alguno de ellos», agregó la experta.
Un ejemplo positivo es el de Egipto, que pudo importar genéricos de la India y actualmente hay seis compañías que los producen a nivel nacional.
«Estamos ofreciendo tratamiento a 600.000 personas a un costo de u $S 176 por paciente por tratamiento», aseguró Kadry Elsaeed, director del comité nacional para la eliminación de la hepatitis vírica de Egipto.
Para países como Brasil y Tailandia cabría la vía de establecer una norma por les exime de cumplir con la patente, pero ese proceso es lento, tortuoso, precisa tener la capacidad local de producción y enfrenta al país a presiones de la industria, según explicó la experta.
Por ello Hill considera que el camino que seguirán la mayoría de las nacione4s es la negociación con las farmacéuticas para la reducción del precio.
Los países con más número de casos de Hepatitis C son, por orden: China, Pakistán, India, Egipto, Rusia, Estados Unidos, Nigeria y Brasil.
La hepatitis es la inflamación del hígado, causada en la mayoría de los casos por una infección vírica debido a cinco virus principales: A, B, C, D, E. Los más peligrosos son los tipos B y C porque son los que pueden desencadenar cirrosis y cáncer de hígado. La C cuenta con tratamiento y la B con una vacuna.
La hepatitis A y E se contrae tras haber ingerido agua o comida contaminada, mientras que los virus B, C o D aparecen por contacto con fluidos corporales tras compartir una jeringuilla, debido a una transfusión de sangre o por transmisión sexual, entre otros.
La Asamblea Mundial de la Salud, que reúne a los 194 países que conforman la institución, adoptó el pasado mayo una resolución sobre hepatitis viral cuyo objetivo es poder tratar al 80% de la población enferma en 2030.