El próximo 20 de octubre se celebra el Día Mundial de la Osteoporosis. Esta fecha sirve para difundir información y generar conciencia sobre esta enfermedad a la que no se le presta la debida atención, ya que los cuidados deberían empezar durante la infancia y continuar durante toda la vida. Aquella falta de atención podría atribuirse a que hasta no mucho tiempo atrás, se trataba de una enfermedad poco frecuente.
Recién en el año 1994 se define este trastorno del metabolismo óseo a través de una publicación de un grupo de estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Para tener una idea de lo novedoso de esta enfermedad, “35 años atrás, no me dieron una sola clase de osteoporosis en mi carrera de médico y la referencia de esta patología no existía ni en traumatología ni en medicina interna” reflexionó el Prof. Dr. José Zanchetta, Director Científico para América Latina de la International Osteoporosis Fundation (IOF).
El mundo envejece y la sociedad también. Año tras año, aumenta la expectativa de vida de las personas en todo el mundo y este fenómeno da lugar al surgimiento de nuevas enfermedades, para las que antes no se vivía lo suficiente como para padecerlas. “En el año 1900, hace apenas 111 años, la expectativa de vida era de 49”, explica el Dr. Zanchetta para luego agregar que “esto significa que solamente una de cada 5 mujeres tenía menopausia, pero desde el año 2000, la expectativa de vida es de 76 y va ir incrementándose paulatinamente.”
En el año 2000, se estima que se produjeron globalmente unas 9 millones de nuevas fracturas por osteoporosis, de las cuales 1,6 millones fueron de cadera; 1,7 millones, de antebrazo, y 1,4 millones, de vértebra. Hoy en día, la osteoporosis llega a afectar, a partir de los 50 años de edad, a una cada tres mujeres y a uno cada cinco hombres, lo que la convierte en una enfermedad de mayor prevalencia que el cáncer de mama y el cáncer de próstata, según indicó el especialista.
Un problema que trasciende la edad
La mayoría de las mujeres asocia osteoporosis con menopausia, dado que la enfermedad suele manifestarse después de los 50 años. Sin embargo también las adultas jóvenes pueden sufrir fracturas por descalcificación, particularmente durante el embarazo o la lactancia si no se alimentan adecuadamente. Por tal motivo, los especialistas de la IOF recomiendan cuidar la salud de los huesos cada día, durante todas las etapas de la vida, ya que con pequeños cambios de hábitos se puede reducir el riesgo de sufrir osteoporosis.
Esta enfermedad se caracteriza por una disminución en la densidad y calidad de los huesos, que conlleva un aumento del riesgo de una rotura. Se calcula que causa una fractura cada tres segundos, incluyendo tres de vértebra por minuto en todo el mundo.
“No resulta lo mismo sufrir fracturas o no ya que, al padecerlas, la calidad de vida de un envejecimiento normal se va deteriorando”, reveló el Dr. Zanchetta y agregó que “el principal riesgo es tener un antecedente familiar de fractura (abuela, madre u otro familiar Cercano), aunque muchas veces no se lo relaciona con esta enfermedad”.
La buena noticia es que “para no repetir la historia”, el especialista aseguró que “lo mejor que se puede hacer para prevenirla es incorporar la cantidad suficiente de calcio y vitamina D, a toda edad, haya o no haya otros factores de riesgo presentes”. Asimismo, debe integrarse la actividad física a la vida cotidiana y formar hábitos saludables que protegen contra ésta y otras afecciones.
“La actividad física es muy beneficiosa para el hueso, ya que el crecimiento del músculo estimula mucho el crecimiento óseo” indicó a Docsalud.com la Dra. María Belén Zanchetta.
“En la mujer que ya presenta una descalcificación ósea, a todo tratamiento o medida que se tome, desde actividad física hasta terapias farmacológicas, se le debe sumar calcio y vitamina D”, destacó el Dr. Zanchetta, agregando que “en la niña, la adolescente y la mujer joven, la ingesta adecuada de estos elementos favorece la formación de huesos fuertes, que resistirán mejor durante el período natural de pérdida ósea”.
La Lic. Silvia Seccia, nutricionista del Instituto De Investigaciones Metabólicas (IDIM), comentó que “por lo general, el 60 al 70% del aporte diario de calcio se cubre con lácteos, que son los que poseen mayor cantidad y biodisponibilidad de este nutriente, y el resto con otros alimentos. Otra opción, para intolerantes a la lactosa, es el sésamo pulido y molido, mientras que los frutos secos o los vegetales, si bien poseen calcio, no ofrecen una buena biodisponibilidad, porque la fibra que poseen interfiere en la absorción de este nutriente a nivel intestinal”.
No obstante, la Encuesta Nacional de Nutrición y Salud (ENNYS) de 2007 mostró que el 94,3% de las mujeres argentinas de 10 a 49 años de edad tienen una ingesta inadecuada de calcio. El promedio del consumo del mineral en la muestra nacional fue 367 mg, en lugar de los 1000 mg recomendados. En embarazadas, el consumo promedio de calcio fue de 446 mg diarios, con un déficit en el 88,5% de los casos.
Infancia, adolescencia y juventud
Desde el nacimiento, los huesos crecen en forma constante hasta alcanzar su tamaño y densidad máxima (pico de masa ósea), que ocurre alrededor de los 25 años de edad. Luego comienza el período de “mantenimiento” del esqueleto, en el que decrece la densidad de los huesos y, al llegar a la menopausia, las mujeres comienzan a perder más tejido óseo: es entonces cuando aumenta la prevalencia de osteoporosis.
El calcio cumple un rol destacado, tanto durante el período de crecimiento como durante la etapa de mantenimiento, y sus requerimientos van variando según la etapa biológica que se esté atravesando, aunque siempre debe estar presente para que los huesos estén fuertes. A mayor masa ósea máxima, menor es el riesgo fractura por osteoporosis.
Es por eso “la osteoporosis se previene en el consultorio de pediatría” indicó la Lic. Seccia y agregó que “si uno puede tener buenos hábitos alimenticios desde la infancia, es más probable que perduren”. Por su parte, la Dra. María Belén Zanchetta aseguró que “Mantener constancia en el cumplimiento de estos hábitos saludables permitirá llegar a la menopausia en el mejor estado que genéticamente tenía destinado y ‘mejor hueso’ que podía tener”.