Un estudio danés reveló que las personas que habitan lugares con altos niveles de polución producidos por los gases que emanan los automóviles tendrían un mayor riesgo de desarrollar diabetes.
Los investigadores observaron que la población que reside en áreas urbanas con altos niveles de dióxido de nitrógeno, un contaminante que emiten los caños de escape de los vehículos, es un 4% más propensa a padecer diabetes que aquellos individuos que viven en barrios con un aire más puro o limpio.
Llamativamente, los individuos más saludables serían más susceptibles de enfermarse ante la exposición a la contaminación ambiental: las personas físicamente activas tendrían un 10% de probabilidad de padecer diabetes, y los no fumadores, un 12%.
Según el epidemiólogo estadounidense John Brownstein, este nuevo estudio publicado en la revista Diabetes Care es, hasta la fecha, el que muestra en forma más completa que la contaminación ambiental puede contribuir al desarrollo de la diabetes.
El equipo, liderado por Zorana J. Andersen, monitoreó aproximadamente 52.000 residentes de las dos ciudades más grandes de Dinamarca. A lo largo de una década, casi 3.000 personas (el 5,5%), que tenían entre 50 y 65 años al iniciarse la investigación, fueron diagnosticadas con diabetes.
Los científicos también calcularon la concentración de dióxido de nitrógeno en el aire, como un marcador de los gases liberados por los vehículos, en los barrios residenciales desde 1971.
Además de tener una exposición de largo plazo a la contaminación del aire, los individuos diagnosticados con diabetes también tendían a ser mayores, a pesar más y a ser fumadores o ex fumadores. Estos otros factores de riesgo tradicionales relacionados con la diabetes continúan siendo los indicadores más significativos de la probabilidad de enfermar, pero ahora también debe tenerse en cuenta la polución ambiental.
Luego de considerar los factores de riesgo independientes que pudieran influir sobre los resultados de la investigación, se llegó a la conclusión de que el aumento global del riesgo atribuido a la contaminación fue leve, de un 4%.
El estudio no prueba que la contaminación del aire en sí incremente el riesgo de diabetes; algunos otros factores relacionados con la polución, tales como la pobreza o el estrés, podrían influir en estos casos. Sin embargo, esta investigación muestra que podría ser un agente que agrave la situación y que, por lo tanto, los diferentes países deberían atender este fenómeno, simultáneamente con la incorporación de cambios de hábitos saludables y otras medidas de promoción de la salud.
Otros efectos de la polución ambiental
En el mes de noviembre, este mismo equipo de investigadores anunció que los individuos que viven en áreas con altos niveles de polución relacionados con el tráfico vehicular podrían tener un ligero aumento del riesgo de morir por un accidente cerebrovascular (ACV).
Existe evidencia importante que indica que las partículas del aire contaminado, que son lo suficientemente pequeñas para entrar en el torrente sanguíneo, aumentan la inflamación. Esto, a su vez, puede derivar en un incremento del riesgo de padecer un infarto de miocardio, un ACV, fallas cardíacas y otras enfermedades crónicas, incluyendo la diabetes y el asma.
La contaminación ambiental tiene un efecto en los vasos sanguíneos que es similar a la que produce el cigarrillo. Pero, a diferencia de éste, el aire contaminado afecta a toda la población que habita el área involucrada.
“La polución del aire relacionada con el tráfico vehicular debería formar parte de las discusiones de planeamiento urbano y de transporte”, dijo a Reuters Michael Brauer, un científico canadiense que estudia la salud ambiental. Y aconsejó que “las autopistas más importantes deberían estar alejadas de los lugares que habitan las personas o zonas residenciales”.
Fuente: Reuters Health