Un hábito relativamente frecuente, pero no por eso menos impactante, conmovió a los Estados Unidos a través de un testimonio en primera persona de una joven madre de 22 años, que no puede evitar arrancarse el pelo y hasta incluso se come sus propios folículos capilares. El comportamiento se llama tricotilomanía, está estrechamente relacionado con situaciones de estrés, baja autoestima y es más frecuente en mujeres.
“Este trastorno, que consiste en torcer y arrancarse el pelo es del tipo de ‘control de impulsos’ y es relativamente común ya que afecta a alrededor del 4% de la población”, explicó a DocSalud.com el doctor Harry Campos Cervera, Médico Psiquiatra miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA).
“Es cuatro veces más frecuente en mujeres que en hombres, y también puede aparecer en niños. La edad en que se presenta es a los 17 años o a los 6 o 7 en el caso de los chicos”, indicó el experto, a la par que agregó que esta conducta instintiva está “ligada a situaciones de estrés, de ansiedad y depresión, que en los pequeños pueden estar generadas por el ingreso escolar como también por la separación de los padres”.
El hábito, que afecta a alrededor de 7 millones de estadounidenses, puede generar diversas complicaciones. En primer lugar, según explicó Campos Cervera, “está el problema estético, ya que distintas áreas se quedan sin pelo, pero también la angustia accesoria por querer ocultar al entorno su conducta”. Un claro ejemplo es la historia de Haley, quien en el video relata que tras la aparición del trastorno a los 16 años tuvo que dejar la escuela secundaria porque no podía concentrarse.
Pero también, desde el punto de vista biológico, es capaz ed generar otros problemas. En primer lugar, infecciones en el cuero cabelludo a raíz de las heridas autoinflingidas. En segundo lugar, obstrucciones intestinales en aquellos que además de arrancarse el cabello, también lo comen. “Como el pelo no se disuelve con el ácido, se forma una pelota, como pasa con los gatos. Si se acumula mucha cantidad, hasta se puede necesitar cirugía o una laparoscopia”, agregó el psiquiatra.
Si bien el pronóstico es mejor en niños, ya que en algunos casos la tricotilomanía puede desaparecer con el desarrollo, existen distintas formas de tratar el trastorno, que en adultos puede ser persistente. En primer lugar, de acuerdo a la explicación de Campos Cervera “está la psicoterapia, que aunque no es específica, trabaja la baja autoestima, muy relacionada a este problema”.
Pero también están “las terapias conductuales orientadas a la reversión del síntoma y las que buscan que el paciente tome conciencia de lo que hace, porque para quien sufre el problema el acto de arrancarse el cabello es automático”, indicó el experto Por último, existe el abordaje farmacológico que incluye antidepresivos, precisamente los inhibidores de recaptación de serotonina.