La Organización Mundial de la Salud (OMS) asegura que se necesitan 46.700 millones de dólares hasta 2015 para evitar que más de diez millones de personas mueran a causa de la tuberculosis. «Si no se dan espectaculares ascensos en la recaudación y en el compromiso político en los próximos cinco años, más de diez millones de vidas se perderán a causa de esta enfermedad curable», subrayan desde un informe.
De este número de muertes, cuatro millones corresponderían a mujeres y niños, de acuerdo con el plan «STOP Tuberculosis» de la OMS, puesto en marcha en 2006, y actualizado hoy en su itinerario hasta 2015, debido a las fluctuaciones en el precio de los tratamientos, especialmente para los enfermos de tuberculosis y sida.
Por ejemplo, el coste estimado en 2005 de un tratamiento antirretroviral de seis meses para combatir el VIH asociado a la tuberculosis ascendía a 1.000 dólares por paciente, mientras que actualmente el precio ha descendido a cerca de la mitad.
Pero esta cifra se compensa con que cuando se lanzó el citado plan se calculaba que sólo el 50% de los enfermos de tuberculosis que son, además, portadores del virus del VIH, eran aptos para tratamientos antirretrovirales, mientras que ahora se considera que todos los seropositivos deben empezar con este tipo de cura.
En cambio, el precio de los regímenes terapéuticos recomendados para los enfermos de tuberculosis multirresistente ha aumentado en ciertas partes del mundo, lo que, junto a los «progresos» de este plan desde 2006, ha llevado a la OMS a actualizar su programa contra la tuberculosis.
En el último lustro, la incidencia de esta enfermedad ha descendido levemente desde su pico en 2004, de igual manera que ha bajado desde el 2000 la tasa de muertes por tuberculosis. Para la organización sanitaria de la ONU, el 87% de los tratamientos fueron exitosos gracias a haber usado sus recomendaciones. No obstante, se siguen dando nueve millones de nuevos diagnósticos de la enfermedad cada año, de los que medio millón de casos son resistentes a los tratamientos convencionales. De los nuevos afectados por tuberculosis al año, 1,5 millones son también portadores del virus del sida.
Anualmente, la tuberculosis acaba con dos millones de vidas, y desde que se implantó el plan «STOP Tuberculosis», el número de afectados ha crecido levemente en términos absolutos, si bien ha descendido cerca del 1% en relación al aumento de la población. Pero el 55% de los casos se presentan en Asia y el 30%, en África.
Así, la OMS estima que el tratamiento de la tuberculosis resulta crucial para lograr los objetivos del milenio de la ONU en materia de reducción de la pobreza, VIH, y mortalidad infantil y femenina.
Para ello, y para evitar que hasta 2015 se desarrollen más de 50 millones de enfermedades activas de tuberculosis, ha decidido dividir las aportaciones que reciba en un 79% para la aplicación de tratamientos, y en el 31% restante para Investigación y Desarrollo (I+D).
La OMS reclama por tanto 36.900 millones de dólares para los tratamientos de tuberculosis, y 9.800 millones de dólares para la I+D, destinados por ejemplo al estudio de nuevos medicamentos.
Con esta dotación, la OMS considera que se ahorraría el internamiento innecesario en orfanatos de millones de niños, y se podría alcanzar la meta marcada en 2006 de reducir a la mitad la tasa de muerte por tuberculosis en 2015 respecto a su nivel de 1990.