Poner un fin a la epidemia de VIH es posible y las futuras generaciones podrán estar a salvo, aseguran la Sociedad Internacional de SIDA y la Universidad de California – San Fransisco. Ambas organizaciones firmaron un documento oficial, la Declaración Washington D.C, con un plan de acción de 9 puntos para alcanzar esta meta.
A lo largo de tres décadas de esfuerzos mancomunados, los avances científicos alcanzados y las conquistas políticas, sociales y de derechos humanos muestran que es posible cambiar el rumbo de la epidemia. Aún falta encontrar una cura definitiva y una vacuna, pero el uso racional de los recursos y las herramientas disponibles lograrán salvar millones de vidas y prevenir nuevas infecciones. Para ello, se necesita la participación y el compromiso de los gobiernos, los sistemas de salud, las instituciones académicas y organizaciones no gubernamentales trabajando en forma multidisciplinaria respetando los derechos humanos y la dignidad de las personas afectadas.
Nueve estrategias clave
El plan de acción es un llamado a todos los ciudadanos del mundo y a toda la comunidad de personas que viven con la infección para retomar y expandir la lucha global contra el VIH.
El éxito del programa de eliminación requiere aumentar las inversiones y el compromiso de donantes mundiales y locales, incluyendo los gobiernos nacionales. Toda persona tiene el derecho de conocer su situación de VIH y acceder al tratamiento y a los servicios de apoyo. Por este motivo es necesario aumentar las oportunidades diagnósticas y la derivación y el acceso a los servicios de prevención y tratamiento. Además es necesario asegurar la prevención, el tratamiento y el cuidado de las personas con mayor riesgo y más necesitadas. Esto incluye a los hombres que tienen sexo con hombres, los transexuales, los que usan drogas, los jóvenes, las mujeres vulnerables, las embarazadas con VIH, trabajadores sexuales y otras poblaciones afectadas. Nadie puede estar excluido si se pretende alcanzar la meta. Para las poblaciones de mujeres embarazadas o que amamantan y viven con la infección se les debe proveer, a todas ellas, tratamiento a fin de terminar con la transmisión perinatal y las infecciones en niños.
No se puede terminar con el SIDA hasta no cumplir con la promesa de tratamiento universal. En este sentido, uno de los puntos del plan de acción propone ampliar el acceso a la medicación a toda persona que lo necesita. Identificar, diagnosticar y tratar la tuberculosis es otro de los ejes para reducir la carga de ambas enfermedades, por lo que se insta a implementar programas de prevención de TB integrados a los servicios de VIH.
Estigmatizar y discriminar debilitan todos los esfuerzos y entorpecen la implementación de acciones preventivas. Por tal motivo, uno de los puntos del plan para la eliminación de la epidemia es el de terminar con la estigmatización, la discriminación, las sanciones legales y el abuso contra las personas que viven con VIH o que están en riesgo.
Acelerar la investigación para desarrollar nuevas herramientas para la prevención y el tratamiento. Y continuar apoyando las estrategias que sabemos funcionan, por ejemplo el uso de preservativo.
La movilización y compromiso de las comunidades involucradas deben estar al frente de las respuestas colectivas.
Situación en América Latina y Argentina
Actualmente, unas 600.000 personas reciben tratamiento para VIH en América Latina. La región representa, entre el grupo de países de ingreso medio o bajo, el territorio con mayor cobertura de tratamiento, estimada en 2011 en un 70 % de las personas que lo necesitan. Para llegar a una cobertura mayor del 80 % para 2015, es imprescindible duplicar el número de individuos que inician el tratamiento por año. Para ello es indispensable mejorar y optimizar el acceso al diagnóstico oportuno y la derivación a centros de atención precozmente.
Según datos de la Dirección de Sida y Enfermedades Transmisión Sexual de la Nación, en Argentina hay alrededor de 130 mil personas infectadas por VIH, de ellas, cerca de 50.000 se encuentran bajo tratamiento y casi el 70 % recibe la medicación antirretroviral de manera gratuita través del Ministerio de Salud, mientras que la cobertura del 30 por ciento restante corre por cuenta de las obras sociales y prepagas.
Más información: www.2endaids.org