RECOBRAR LA FERTILIDAD |

Marcha atrás para la ligadura de trompas

Por el Dr. Fernando Beltramone.- El 90% de las mujeres que se realizaron el procedimiento pueden revertir su situación, mediante una sencilla cirugía llamada “recanalización tubaria”. Sepá en qué consiste la operación y los requisitos básicos para que sea exitosa.

La "recanalización tubaria" es un proceso sencillo que puede hacerse con técnicas laparoscópicas

Muchas mujeres eligen hoy como método anticonceptivo la ligadura de trompas. Pero sucede que a veces, con el paso de los años y por distintas circunstancias, desean luego tener hijos nuevamente.

 

Frente a esta situación, la cirugía de reconstrucción de trompas se está extendiendo cada día más entre la población femenina, al ritmo del perfeccionamiento de las técnicas quirúrgicas. Mediante un procedimiento de mínima invasividad, y en manos expertas, la mujer puede dar marcha atrás y recobrar la posibilidad de concebir.

 

Si la intervención de ligadura fue bien efectuada por el cirujano y no se dañó la trompa en forma extensa, el éxito en la cirugía orientada a que las trompas queden efectivamente permeables es de entre el 90 y el 95%.

 

Ventajas de la reconstrucción de trompas

 

Esta opción es buena para la mujer que quiere volver a tener la posibilidad de quedar embarazada, independientemente de que para esa instancia existan otros métodos para concebir, como la Fertilización In Vitro y el ICSI (Inyección Intracitoplasmática de un Espermatozoide), entre otros.

 

Pero la principal ventaja de recobrar las posibilidades naturales para lograr un embarazo consiste en que la mujer puede buscarlo en todos sus ciclos hormonales, no como ocurre con otros métodos que permiten intentarlo sólo en un ciclo por vez.

 

La recanalización tubaria es una práctica quirúrgica videolaparoscópica, que no requiere tratamiento posterior y que permite a la paciente recobrar su fertilidad sin sobresaltos.

 

Este procedimiento es conveniente siempre y cuando la paciente cumpla con una serie de requisitos que garanticen el éxito de la intervención. Debe analizarse cada caso en particular y establecer si es adecuado realizar la cirugía o intentar directamente la concepción a través de un método de fertilización. Los requisitos fundamentales son:

Edad. El principal requisito es que la mujer tenga 37 años o menos, y que la ligadura oportunamente efectuada haya sido realizada mediante la técnica “convencional” o por laparoscopía, sin que se haya dañado en gran medida la zona.

 

Reserva de óvulos. Otro requerimiento básico es que esta reserva sea buena. De no ser así, se aconseja a la paciente no gastar su tiempo y dinero en reconstruir sus trompas si luego por otras causas tendrá pocas chances de quedar embarazada. En esos casos, lo que se sugiere es acudir directamente a la fertilización in vitro.

 

Semen normal. Por último, también es importante que el esperma del hombre no presente anomalías, ya que, por el mismo motivo que el anterior, si existen dificultades en el líquido, no es conveniente la realización de cirugía, sino de ICSI.

 

¿En qué consiste la cirugía?

 

El objetivo de la operación es restaurar la anatomía original de las trompas, que en la operación de ligadura fue oportunamente intervenida. En ese procedimiento, se corta un segmento de un centímetro de la trompa. Posteriormente se atan o coagulan los extremos mediante cirugía, de modo que las trompas quedan con la parte intermedia cortada y coagulada o ligada.

 

En la recanalización, por lo tanto, se seccionan los extremos pequeños que estaban tapados. A continuación se deja abierta la trompa y mediante pequeñas suturas se unen de vuelta estos dos segmentos que estaban separados.

 

Esta operación se puede realizar mediante dos tipos de procedimientos: Microcirugía o Laparoscopía. En el primero, se abre la zona abdominal y, mediante lupa y material especial, se recanalizan las trompas. Sólo la realizan los profesionales que no tienen entrenamiento en la segunda técnica.

 

Mientras que la laparoscopía implica sólo una incisión de un centímetro en el ombligo y punciones pequeñas en la zona abdominal. Por este medio uno puede hacer toda la cirugía de las trompas con la misma efectividad. La técnica permite la visión de la cavidad pélvica-abdominal a través de una fibra óptica, mientras que las imágenes del interior se observan a través de una cámara conectada a una pantalla.

 

La laparoscopía presenta numerosas ventajas frente a la técnica microquirúrgica, ya que el post-operatorio es mucho más rápido (por producir menos daño), y de esa manera la paciente puede reincorporarse rápidamente a sus actividades. Además, la operación sólo implica ocho horas de internación, tras lo cual la paciente ya puede regresar a su hogar.

 

Porcentaje de éxito

 

La chances de éxito varían de acuerdo a cómo haya quedado la trompa tras la ligadura original, porque a veces si ésta fue hecha con mucha agresión (por ejemplo si se hizo con electrobisturí y se quemó mucho la trompa), no va a funcionar bien, por más que la cirugía de reconstrucción haya sido correctamente realizada. Por lo que las posibilidades de embarazo dependen, entonces, de dos factores principales: el entrenamiento del médico que hace la recanalización, y el estado anatómico final de las trompas.

 

Las cifras varían de acuerdo a la calidad del procedimiento, pero en general los estudios que se han hecho luego de dos años de que la paciente se ha operado muestran que de ese 90 a 95% de mujeres que pudieron recanalizar sus trompas, entre el 50 y el 70% han logrado embarazo, lo cual es un porcentaje muy alto.

 

* El Dr. Fernando Beltramone es especialista en Ginecología y Obstetricia, en Medicina Reproductiva (SAMER) y en Cirugía Video Asistida (SACIL). Miembro del staff del Servicio de Tocoginecología de Clínica Privada Gallia.

 

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