La resistencia a los antibióticos está alcanzando «niveles sin precedentes» y aún no hay otros nuevos que puedan enfrentar a las bacterias, advirtió hoy la Organización Mundial de la Salud (OMS), en la víspera del Día Mundial de la Salud.
El mensaje, en esta edición, “es fuerte y claro: el mundo está a punto de quedarse sin estas curas milagrosas«, dijo la directora general de la OMS, Margaret Chan.
Precisó que «mientras no se apliquen medidas correctivas y protectoras de carácter urgente, el mundo se encamina a una era posantibiótica en la que muchas infecciones comunes no tendrán cura y volverán a matar con toda su furia».
Es por eso que la agencia de Naciones Unidas hizo una serie de recomendaciones a los gobiernos «y sus aliados nacionales» para revertir la resistencia a los antibióticos.
Las sugerencias son: «formular y poner en práctica un plan nacional integral y con financiación suficiente; fortalecer la capacidad en materia de vigilancia de enfermedades y laboratorio clínico, y procurar el acceso constante a medicamentos esenciales de buena calidad».
Además, se considera que deben: «regular y promover el uso correcto de los medicamentos; mejorar las actividades de prevención y control de las infecciones, y fomentar la innovación y la investigación y el desarrollo de nuevas herramientas».
«Las tendencias son claras y ominosas. Si no actuamos hoy, no habrá cura mañana. En este momento en que el mundo sufre tantas calamidades, no podemos permitir que la pérdida de antibióticos esenciales -imprescindibles para curar a muchos millones de personas- se convierta en la siguiente crisis mundial», dijo Chan.
En tanto, Mario Raviglione, director del departamento Alto a la Tuberculosis, precisó que en el último decenio, la OMS emprendió iniciativas para estudiar la resistencia a los antimicrobianos y hacerle frente, particularmente en relación con algunas de las enfermedades más mortíferas en el mundo.
Raviglione, quien tuvo a su cargo los preparativos del Día Mundial de la Salud, expresó que «ha llegado el momento de fortalecer y aplicar urgentemente esas medidas contra muchas enfermedades y abarcando muchos sectores».
«Las nuevas alianzas, encabezadas por los gobiernos en colaboración con la sociedad civil y los profesionales de la salud, si son responsables, pueden frenar la amenaza que la farmacorresistencia plantea a la salud pública», aseguró.
Al respecto, consideró que «médicos y farmacéuticos pueden prescribir y dispensar únicamente los fármacos necesarios para tratar a un enfermo, en vez de darle automáticamente los remedios más novedosos o más conocidos».
Por su parte, los pacientes, recomienda la OMS, «pueden abstenerse de exigir a los médicos que les den antibióticos cuando estos no sean apropiados».
Otro dato relevante aportado por la OMS es que la mitad de la producción actual de antibióticos se usa en el sector agropecuario para promover el crecimiento y tratar a los animales enfermos. Los microbios farmacorresistentes que aparecen en ellos como consecuencia de ese empleo masivo pueden pasar después a los seres humanos.
Por ello «es imprescindible la colaboración entre profesionales de la salud humana y los de la sanidad animal, así como los del sector agropecuario».
