Una de cada diez personas tiene algún grado de enfermedad renal crónica, alertaron la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS), que recomendaron a los efectores realizar pruebas de detección en pacientes con alto riesgo.
La diabetes y la hipertensión, sumadas al envejecimiento, son los principales factores de riesgo para desarrollar la enfermedad renal crónica (ERC) que, según estudios, afecta a uno de cada diez adultos en el mundo.
La ERC es la pérdida progresiva de la función renal en meses o en años: al principio la patología no presenta síntomas y puede ser tratada, pero en etapas más avanzadas la persona puede necesitar diálisis y hasta un trasplante.
En el último medio siglo, la esperanza de vida en América Latina y el Caribe creció en más de 20 años. Incluso subió en “aquellas con una o varias enfermedades crónicas y factores de riesgo», lo que hace que “las repercusiones en órganos como el riñón hayan crecido entre las personas de mayor edad, dejando en evidencia la necesidad de prestar más atención al tema» explicó Enrique Vega, asesor regional en Envejecimiento y Salud de la OPS/OM.
La prevalencia de individuos de más de 60 años con ERC pasó de 18,8% en 2003 a 24,5% en 2006, pero se mantuvo por debajo del 0,5% en aquellos de 20 a 39 años.
«Realizar actividad física, no fumar, llevar una dieta saludable, comer con poca sal y poca azúcar y chequearse regularmente la presión arterial pueden prevenir la hipertensión y la diabetes tipo 2», dijo Pedro Orduñez, asesor regional en Prevención y Control de Enfermedades Crónicas de la OPS/OMS.
En América Latina y el Caribe, dos de cada tres personas mayores reportaron tener una de seis enfermedades crónicas frecuentes a esa edad: hipertensión, diabetes, cardiopatía, enfermedad cerebrovascular, artropatías o enfermedad pulmonar crónica.
Además, dos de cada tres dijeron tener al menos dos factores de riesgo dentro de los tomados en cuenta (hábito de fumar, sobrepeso o falta de actividad física rigurosa), según datos de la encuesta sobre Salud, Bienestar y Envejecimiento (SABE), dirigida por la OPS/OMS.
Para detectar la enfermedad renal crónica, los especialistas recomiendan realizarse un examen de sangre y de orina, y medirse la presión arterial, en especial entre la población en riesgo, como diabéticos, hipertensos, mayores de 65 años, quienes hayan tenido algún episodio cardiovascular, familiares de pacientes que ya sufren alguna dolencia renal, fumadores y personas sedentarias.
Por otro lado, existen tratamientos sencillos, de bajo costo, que pueden reducir el progreso de la enfermedad y el riesgo de ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares asociados, así como también mejorar la calidad de vida.