Unas 500.000 personas padecen algún tipo de discapacidad por una lesión en la médula espinal cada año y estos individuos tienen entre dos y cinco veces más probabilidades de morir de forma prematura en los países de bajos y medianos ingresos, según un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Con motivo de que el 3 de diciembre se celebra el Día Internacional de las Personas con Discapacidad, la OMS presentó en Ginebra un informe sobre la situación de las personas que han sufrido una lesión en la médula espinal, el primero elaborado sobre esta cuestión.
«La lesión espinal es una condición muy compleja desde el punto de vista médico y con un fuerte impacto en la vida diaria de los pacientes», afirmó en rueda de prensa el director del departamento de Violencia y Prevención de lesiones y discapacidades de la OMS, Etienne Krug.
Hasta el 90 % de estas lesiones se deben a «causas traumáticas» como accidentes de tránsito, caídas desde grandes alturas y violencia y por tanto son «prevenibles y evitables», aunque hay variaciones al respecto según las regiones.
En los casos de lesiones no traumáticas, las causas principales se deben a tumores, espina bífida o tuberculosis, enfermedad que representa «un tercio de las lesiones medulares no traumáticas en el África Subsahariana», indicó Krug.
En cuanto a la diferencia por sexos, según el informe, los hombres presentan mayor riesgo de sufrir una lesión de médula entre los 20 y 29 años y a partir de los 70 años o más, mientras que las mujeres tienen más posibilidades entre los 15 y 19 años y a partir de los 60 años.
«Entre adultos, el riesgo de sufrir una lesión en la médula espinal es el doble entre hombres que en mujeres», indicó Krug.
Este tipo de lesiones contribuyen además al desarrollo de otras patologías secundarias, que pueden llegar a ser letales, como trombosis, infecciones urinarias, úlceras por presión o complicaciones respiratorias.
Además de las consecuencias físicas, como discapacidad o dolor crónico, las lesiones medulares también tienen repercusiones emocionales, ya que el 20-30 % de éstas personas muestran «signos de depresión clínicamente significativos», indicó la coordinadora de discapacidad y rehabilitación de la OMS, Alana Officer.
En el terreno socioeconómico, el informe indica que para los niños con estas lesiones es menos probable empezar la escuela, y una vez inscritos, tienen menos posibilidades de avanzar; mientras que los adultos con lesiones medulares se enfrentan a tasas de desempleo globales de más del 60 %.
Officer alertó de que muchas de las consecuencias que resultan de estas lesiones no derivan directamente de la lesión en sí misma, sino de la «falta de una atención médica adecuada en el momento del accidente y de un tratamiento de rehabilitación posterior, así como de barreras físicas y sociales que excluyen a estas personas de la participación en sus comunidades».
«Un diagnóstico rápido, la estabilización de las funciones vitales, la inmovilización de la médula para preservar sus funciones neurológicas y el control sanguíneo y de la temperatura corporal son cuidados que se deben recibir en el plazo de dos hora tras el accidente», precisaron desde la OMS.