LOS DOS ACARREAN SUS PELIGROS |

Pera o manzana: ¿cómo es su cuerpo?

En el primer caso, hay más riesgo de trombosis venosa profunda. En el segundo, de enfermedades cardíacas y diabetes. De cualquier forma, es importante mantener el peso y adquirir un estilo de vida saludable para evitar problemas.

Las frutas parecen ocupar un lugar predilecto a la hora de imaginar metáforas sobre el cuerpo. Hace unos años, una publicidad televisiva hablaba de “piel de naranja” o “piel de durazno” para referirse a la celulitis. Pues bien, el cuerpo también puede tener forma de pera o de manzana.

 

¿A qué apunta esta metáfora? Si hemos de trazar una división, grosso modo, en cuanto a la silueta de las personas, podría decirse que están aquellas que concentran la grasa en el abdomen y el pecho —forma de manzana— y aquellas que la acumulan alrededor de la cadera, los glúteos y las piernas —forma de pera—. Los que conocen bien su cuerpo seguramente ya sabrán a qué grupo pertenecen.

 

¿Cómo medirse?

 

Al margen de mirarse en el espejo y de saber dónde se depositan “históricamente” las grasas en nuestro cuerpo, una simple cuenta permite saber si tenemos forma de pera o de manzana. El cálculo consiste en dividir la circunferencia de la cintura por la circunferencia de la cadera. El cuerpo de la mujer tendrá forma de manzana si el resultado es superior a 0,8. En el caso de los hombres, si es superior a 1.

 

¿Tiene esto alguna implicancia?

 

Más allá de la ocurrencia, la distinción tiene un propósito: las personas que tienden a acumular grasa en la zona abdominal tienen un mayor riesgo de padecer enfermedades cardíacas y diabetes, en comparación con los que acumulan tejido adiposo de la cadera para abajo. El primer grupo (manzana) concentra grasa en la zona donde se encuentran los órganos internos, lo que puede comprometer su funcionamiento.

 

Cabe aclarar que, al hacer esta diferenciación, se están señalando mayores o menores probabilidades de tener un problema de salud. Tener cuerpo con forma de pera no será la salvación, como tampoco será una condena tener el cuerpo con forma de manzana. De hecho, un estudio realizado en Dinamarca y publicado en la revista Circulation encontró una asociación entre el riesgo de trombosis venosa profunda y el mayor tamaño de la cadera (pera) en las mujeres y de la cintura (manzana) en el caso de los hombres.

 

En definitiva, el sobrepeso y la obesidad representan un riesgo para la salud independientemente de la forma que tenga el cuerpo. En algunos casos, será más riesgoso que la grasa se deposite en la parte superior del cuerpo y en otros, que lo haga en la parte inferior. Por ello, es fundamental tener el peso bajo control siguiendo una dieta variada y saludable y haciendo ejercicio físico.

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