No existen evidencias de que los fármacos recetados para reducir el colesterol a pacientes en riesgo de enfermedad cardíaca, conocidos como estatinas, reduzcan sus probabilidades de muerte prematura en el corto plazo, dijeron científicos. Los resultados de un estudio británico pusieron en duda el uso generalizado de remedios como Lipitor y Crestor en pacientes que no tienen una afección cardiovascular, pero podrían desarrollarla.
Las estatinas son unos de los fármacos más usados para el tratamiento y la prevención de la enfermedad cardíaca, tanto entre las personas que ya tienen la condición como entre las que están en alto riesgo pero son sanas. Son medicamentos muy exitosos que han prevenido millones de infartos y accidentes cerebrovasculares (ACV).
Pero en un metaanálisis (un estudio que revisa toda la evidencia científica previamente publicada sobre determinado tema), el profesor Kausik Ray y su equipo de la Universidad de Cambridge y el Addenbrooke’s Hospital hallaron pocas pruebas de que estas medicinas salven vidas en el corto plazo en los grupos sin problemas del corazón.
«Hay poca evidencia de que las estatinas reduzcan el riesgo de morir de cualquier causa en las personas sin enfermedad cardíaca», escribieron en el estudio, que fue publicado en Archives of Internal Medicine Journal.
“Esto, junto a otros daños causados por las estatinas en algunos subgrupos, puso en duda sus beneficios en la prevención primaria (para evitar el desarrollo de la enfermedad cardíaca)», agregó el equipo.
Esta condición es la principal causa de muerte en hombres y mujeres en los países industrializados y también es un creciente problema en las naciones en desarrollo.
Si bien las estatinas son consideradas seguras y efectivas, un estudio publicado el mes pasado halló que los usuarios de estos fármacos podrían tener más riesgo de disfunción del hígado, falla renal, debilidad muscular y cataratas.
Los científicos advirtieron que estos efectos secundarios deben ser controlados de cerca.
En su análisis, el equipo de Cambridge combinó datos de 11 estudios que involucraron a 65.229 personas. Un total de 32.623 individuos tomaron las estatinas y 32.606 un placebo.
En un seguimiento promedio de 3,7 años, 2.793 participantes murieron, incluyendo 1.447 usuarios de placebo y 1.346 pacientes que tomaron estatinas. Los especialistas afirmaron que la pequeña reducción en este segundo grupo no fue estadísticamente significativa.
A su vez, apuntaron que sus resultados muestran «la necesidad de ser cautelosos cuando se extienden los potenciales beneficios de las estatinas a un mayor grupo de individuos».
El profesor Peter Weissberg, de la Fundación Británica del Corazón, tomó nota de los resultados, pero dijo que eran sólo de corto plazo. «Las personas en estos estudios fueron seguidas menos de cuatro años en promedio. Dado que la enfermedad cardíaca y circulatoria se desarrolla durante varias décadas, es razonable asumir que podríamos ver una significativa mejora en la mortalidad luego de un período más largo de seguimiento», dijo en un comunicado.