Premian a médicos argentinos por aplicar clasificación en patología ovárica

Por Celina Abud.- Profesionales del Instituto Diagnóstico Médico serán galardonados por la Sociedad Radiológica de EEUU tras emplear una nueva codificación de imágenes en sus pacientes. En diálogo con DocSalud.com, la Dra. Claudia Vicente consideró que el avance permitirá que “ecografistas y ginecólogos entablen un mismo idioma”.

El Congreso de Radiología más importante a nivel mundial, que se desarrolla en Chicago desde este domingo, premiará hoy a profesionales argentinos del Instituto Diagnóstico Médico por aplicar una clasificación que ayuda a los especialistas a elegir el curso de acción más conveniente ante una patología ovárica. 

 

La codificación GI-RADS (Gynecologic Reporting And Data System), consta de cinco números que se adjudican de acuerdo a la gravedad del mal. “Había mucha diversidad y confusión a la hora de informar, pero gracias a este método ginecólogos y ecografistas podrán entablar un mismo idioma”, declaró a DocSalud.com la Dra. Claudia Vicente, quien lideró el equipo galardonado.

 

Los médicos argentinos confirmaron la utilidad de la clasificación, descripta en Chile en 2007, tras aplicarla a 3.500 pacientes en un lapso de 18 meses. Primero se le realizó a las concurrentes una ecografía transvaginal y en aquellas que presentaron masas axiales se complementó esta prueba con un estudio Doppler Color que permitió evaluar la vascularización. Tras seguir recomendaciones internacionales de evaluación, las imágenes fueron caracterizadas según “patrones de reconocimiento” y les asignaron una categoría en la clasificación GI-RADS.

 

La codificación, publicada por el médico chileno Fernando Amor y sus colaboradores, estandariza y simplifica el informe de las imágenes ecográficas anexiales. Fue inspirada por la clasificación BI-RADS (Breast Imaging Reporting And Data System), introducida en 1993 por el Colegio Americano de Radiología tras presentarse complicaciones en la comunicación de un diagnóstico mamario.

 

Las clasifica en cinco categorías: GI-RADS 1 cuando los ovarios no presentan irregularidades; GI-RADS 2 cuando aparecen masas de origen funcional, que en palabras de Vicente “se irán en un lapso de dos meses” y pueden aparecer con los ciclos menstruales; GI-RADS 3 a la patología probablemente benigna no funcional; GI-RADS 4 a los hallazgos con mediano riesgo de malignidad y GI-RADS 5 a los que poseen alta probabilidad de malignidad. A su vez, también puede considerarse el GI-RADS 0 cuando el diagnóstico no es concluyente o cuando la patología hallada no sea probablemente de origen ginecológico.

 

“Esta codificación es muy útil, ya que unifica criterios a la hora de informar. Así, con leer un simple número, el ginecólogo puede decidir ante una clasificación 3 – que corresponde a una anomalía benigna- realizar un procedimiento laparoscópico en lugar de una cirugía abierta o bien no operar y tan sólo realizar un seguimiento ante una codificación 2, probablemente funcional”, declaró Vicente, quien se desempeña como Jefa de Ecografía y Doppler en el Instituto Diagnóstico Médico.

 

Los resultados obtenidos fueron similares a los reportados en otros países que emplearon GI-RADS, como Chile, India y España. El ejemplo argentino despertó el interés de la Sociedad Americana de Radiología no sólo por elegir galardonarlo en su 96° Asamblea Científica y Reunión Anual sino que también solicitó el ensayo para que sea publicado en una de sus dos revistas de autoridad: Radiology o Radiographics.

 

Pero según explicó Vicente, el trabajo también fue valorado por los colegas en nuestro país, ya que fue presentado en el Congreso de Ginecología y Obstetricia, donde muchos profesionales del área se mostraron interesados.

 

“Fuimos los primeros en aplicar estos criterios a nivel nacional y logramos especificar con precisión el grado de malignidad de las masas anexiales, que son las que se encuentran en el anexo del ovario y la trompa” , dijo Vicente para luego agregar que el entusiasmo de los ginecólogos también se debe a que pueden lograrse estos resultados “sin grandes tecnologías”, ya que sólo bastan dos buenos equipos, un ecógrafo y un doppler color, ambos presentes en los centros diagnósticos.

 

Participaron también del estudio las doctoras María Victoria Suarez, Laura Dragonetti, Marina Luchessi, Nadia Lochocki y el doctor Alfredo Buzzi.

 

Cáncer y otras patologías ováricas

 

En Argentina, el cáncer de ovario ocupa el tercer lugar entre los tumores malignos ginecológicos, precedido por el de cuello uterino y el del endometrio. A nivel mundial se calcula que una de cada 70 mujeres desarrollará esta enfermedad, que si bien puede aparecer a cualquier edad, es más frecuente en la postmenopausia.

 

El diagnóstico y manejo de las masas anexiales representa un gran dilema , no sólo porque en la pelvis femenina coexisten una serie de órganos, no todos ginecológicos, sino también porque en el ovario pueden observarse variaciones fisiológicas normales durante el ciclo menstrual.

 

La introducción del ultrasonido en 1957 fue el avance diagnóstico más importante el área y hasta el día de hoy existe un consenso profesional que elige a la ecografía transvaginal como el método de primera línea para evaluar los ovarios y las regiones anexiales. 

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