El nacimiento, este mes en África, del millonésimo bebé sin VIH de una madre portadora de ese virus, fue celebrado este martes en Washington en ocasión del décimo aniversario de un programa estadounidense de lucha contra el sida.
«La prevención de la transmisión materno-infantil ha sido un pilar central de nuestra lucha contra esta enfermedad», dijo el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, en un acto en el Departamento de Estado.
Medicamentos y regímenes anti-retrovirales más eficaces han permitido recortar drásticamente las posibilidades de una madre infectada de transmitir la enfermedad a su bebé durante el embarazo o la lactancia.
El nacimiento del millonésimo bebé libre del virus de inmunodeficiencia humana, causante del sida, tiene lugar al conmemorarse el décimo aniversario del llamado Plan de emergencia estadounidense para la lucha contra el sida, conocido como PEPFAR, por su sigla en inglés.
«Gracias al PEPFAR hemos salvado a un millón de bebés de infectarse con el VIH», dijo Kerry, quien lo consideró un hito en la historia del VIH/sida, que apenas una década atrás habría sido inimaginable.
«Un millón de bebés puedan crecer felices y sanos, ir a la escuela, hacer sus sueños realidad, salir de este ciclo, tal vez incluso tener hijos e hijas propios libres de la carga y el miedo al VIH», agregó.
La mayor caída en las tasas de transmisión de madre a hijo viene desde 2009, dijo a la AFP el coordinador global de sida para Estados Unidos, Eric Goosby.
«Unos 430.000 bebés nacen cada año con el VIH», dijo, y explicó que el PEPFAR se ha intensificado en los últimos tres años en colaboración con UNAID (el programa de la ONU contra el sida) y Unicef.
Goosby señaló que el programa busca «eliminar virtualmente el VIH pediátrico para 2015 y mantener con vida a sus madres», y añadió que el objetivo es reducir el número de bebés nacidos con la infección a unos 30.000 al año.
Esto implica no sólo identificar a la madre, sino asegurar que recibe la medicación antisida y sigue el tratamiento durante los embarazos, una tarea no siempre fácil en el África rural.
Las posibilidades de que una madre contagiara a su bebé llegó a rondar el 30%, pero ahora, con el lanzamiento de un cóctel de tres anti-retrovirales, se ha reducido a sólo un 2%, dijo Goosby.
El PEPFAR, lanzado en la presidencia de George W. Bush (2001-2009), suponía un compromiso inicial de unos 15.000 millones de dólares en cinco años, dirigido específicamente a proporcionar medicamentos anti-retrovirales a las personas infectadas con el VIH.
Su presupuesto aumentó a 5.500 millones de dólares al año, incluyendo su contribución al Global Fund, la mayor organización financiera del mundo de programas de lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria.
Ante la falta de avances médicos que lleven a una cura del sida, los expertos se abocan al llamado «punto de inflexión», en el cual menos personas contraen el VIH cada año que las que siguen tratamientos contra la enfermedad.
Kerry también anunció que unos 13 países, desde Botsuana a Zimbabue, como Namibia, están cerca de ese importante «punto de inflexión».
En Etiopía y Malaui, la proporción de nuevas infecciones con relación al aumento de pacientes en tratamiento es de sólo 0,3. Por ejemplo, Etiopía, que con 84,7 millones de personas es el país más poblado de África después de Egipto, registró sólo 11.000 nuevos casos de VIH en adultos en 2011.
Aunque unos 1,7 millones de personas mueren cada año por enfermedades relacionadas con el sida, PEPFAR sirve de apoyo a más de 5,1 millones que siguen programas de tratamiento.
El programa calcula que en todo el mundo más de 16 millones de niños viven sin uno o ambos padres, muertos por el sida, mientras que millones de menores más tienen padres que son enfermos crónicos de este mal.