Qué es el síndrome de intestino irritable

La afección, muy frecuente en las mujeres de entre 30 y 50 años, tiene distintas causas y tratamientos. Ante los síntomas, resulta fundamental consultar al médico para que descarte otras patologías.

Este síndrome, también conocido como de colon irritable, no se considera una condición mental ni física, sino una reacción de todo el organismo a las situaciones de la vida. Es muy común en el sexo femenino, en la edad media de la vida y tiene una fuerte relación con alteraciones psicológicas, como por ejemplo la ansiedad. La alimentación y el estilo de vida también juegan un rol a considerar.

Las personas afectadas experimentan disconfort, molestias o dolor en el abdomen, hinchazón y cambios evacuatorios (se constipan, tienen aumento en la frecuencia, cambios en la consistencia de las deposiciones o situaciones combinadas). Cuando éstos ocurren al menos tres días al mes durante tres meses seguidos, podría tratarse de este cuadro, que suele mejorar con la defecación.

Aunque no se conoce con certeza qué lo produce, se considera que puede tener varios orígenes, desde el estrés hasta una mayor sensibilidad del intestino que genera este frecuente malestar. Sí se sabe que el sistema nervioso central (cerebro) se interrelaciona con el sistema nervioso intestinal y que los síntomas que tanto incomodan pueden surgir de la inadecuada regulación de estos sistemas.

Uno de los puntos más importantes es asegurar que la persona no padece otra patología más grave, por lo que resultan fundamentales los estudios y una adecuada relación médico-paciente. También es importante resolver las situaciones de estrés, ansiedad y preocupación de los afectados, ya que éstos condicionan un terreno propicio para alterar la mencionada regulación cerebro-intestino.

Para descartar una enfermedad más seria que simule un cuadro de intestino irritable y asegurar que se trata de esta afección, se requiere la consulta con el médico de cabecera, quien hará un examen y pedirá algunos análisis. El especialista tendrá en cuenta la presencia de diarrea nocturna o diurna acompañada de sangre o fiebre; contemplará si el inicio de la hinchazón, dolor y cambio evacuatorio ocurrió luego de los 50 años y si esos síntomas se asocian con pérdida de peso. También evaluará el hallazgo de anemia en los análisis de sangre, la historia familiar de cáncer colorrectal o enfermedad celíaca y signos de padecer alguna enfermedad de la tiroides. Otro factor relacionado a considerar es el abuso de sustancias como la cocaína.

En cuanto al tratamiento, no hay uno universal para esta condición ni se puede recomendar uno único e integrador, dado que puede variar según el caso o situación, suele tener diferentes orígenes y distintos tipos de presentación en cuanto a las deposiciones. Por eso, hay una gran diversidad de medicación relacionada, desde relajantes del intestino, analgésica, laxante, anti diarreica y probiótica hasta antidepresiva. Cada una tiene una indicación precisa, que depende del diagnóstico médico y la condición del paciente. Es clave que un profesional de la salud controle el uso de los medicamentos según la evolución individual, para suspender o agregar otros.

En cuanto a las causas psicológicas, la psicoterapia ayuda a conocer las razones y la motivación que genera o puede estar relacionada con los síntomas, brindando herramientas para controlarlos o conocer su naturaleza.

Las recomendaciones generales también varían según la persona, pero a los pacientes se les puede aconsejar hacer algunos cambios en el estilo de vida, agregar horas de descanso, evitar alimentos y bebidas estimulantes como la cafeína, el té o las bebidas colas y, en algunos casos, aumentar el consumo de fibras.

Además, hay que recordar que existe otra afección que produce síntomas similares al intestino irritable, es la intolerancia a la lactosa, que afecta a un bajo porcentaje de personas y aparece cuando la ingesta de leche o lácteos es superior a 250 ml diarios.

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