Un equipo de un hospital marplatense reimplanó una mano a una embarazada que había sufrido una amputación tras un accidente de trabajo. Lo hizo en casi cuatro horas, menos del tiempo convencional de este tipo de operaciones, para no someterla al exceso de antestecia y no perjudicar a su bebé.
La paciente Romina Hernández, de 33 años y con cinco meses de gestación, había perdido la mano derecha mientras manipulaba una secadora, en un lavadero industrial ubicado en el barrio de Bernardino Rivadavia el pasado 10 de diciembre. Sin haber perdido nunca la conciencia, había intentado sacarla, pero se dio cuenta de que estaba trabada. “Hice fuerza y logré quitar el brazo, pero cuando miré sólo me quedaba el hueso”, recordó.
Sus compañeros de trabajo la asistieron de inmediato, le hicieron un torniquete para evitar que perdiera más sangre y la llevaron al hospital Interzonal de Agudos “Dr. Oscar Alende” de Mar del Plata. La mano fue conservada en una bolsa con hielo, decisión que resultó determinante para que el reimplante se realizara con éxito.
Por su embarazo, una intervención larga y de alta complejidad tenía más riesgos para Romina y su bebé. Así lo explicó el especialista en cirugía plástica reconstructiva, Esteban Escudero, quien aún continúa a cargo de la recuperación de la mujer, aunque actualmente se encuentra en un sanatorio privado, donde fue derivada a través de su ART.
“La situación era delicada por el cuadro en sí y por el embarazo, por eso sabíamos que teníamos que trabajar en tiempo récord para evitar someterla en exceso a la anestesia”, dijo Escudero sobre la operación que duró poco más de tres horas y media.
“Si bien en el hospital se realizan a menudo intervenciones reconstructivas muy complejas, hacía unos 20 años que no se reimplantaba una mano, y mucho menos en una paciente embarazada”, agregó.
El procedimiento, en el que se unieron tendones, arterias y nervios, implicó además la reconstrucción de la estructura ósea, tanto de la mano amputada como de la muñeca.
Asimismo, durante el post operatorio se realizaron todos los estudios correspondientes para evaluar la actividad fetal, con resultados normales. Romina espera una nena y ya no duda del nombre: se llamará Alma Milagros.
Los médicos le permitieron pasar Noche Buena y Navidad en su casa pero esta semana volvió a la clínica. El alta lo recibirá en unos días, después de someterse a una de las dos operaciones que le restan: la primera para restablecer la sensibilidad y lograr una fijación ósea definitiva; y la otra y última, de tipo estética, que se llevará a cabo más adelante.
Mientras tanto, está aprendiendo a utilizar la mano izquierda, porque más allá de que el reimplante haya sido exitoso, es muy difícil que recupere la motricidad fina, que permite, por ejemplo, una escritura delicada o el movimiento suave de los dedos.
“Con rehabilitación logrará recobrar la fuerza para tomar objetos más grandes como un vaso o un teléfono”, indicó Escudero.
Según explicó, en la próxima cirugía se volverán a suturar los nervios, y dependiendo del estado en el que se encuentren, quizás se extraigan algunos de la pierna. “Habrá que esperar entre 6 meses y un año para que la paciente recupere la sensibilidad al tacto”, precisó el cirujano, quien trabaja con un equipo integrado por el traumatólogo Matías Caracciolo y los residentes de Traumatología y Plástica Reconstructiva, Martín Lovagnini y Martín Salas, respectivamente.