El «estrés por alegría», como el que probablemente siente buena parte de los argentinos a esta altura del Mundial 2014, no puede por sí mismo causar estragos en la salud de las personas, ya que «se necesita un alto grado de susceptibilidad y sobre todo una carga de enfermedad preexistente», coincidieron cardiólogos.
«Aunque la FIFA quitara los penales del Mundial, para evitar la tensión aguda que produce pasar en un segundo de la incertidumbre a la victoria o a la derrota, se necesita mucho más que el estrés para tener un evento cardíaco agudo como el infarto o la muerte súbita», dijo a Télam Matías Fosco, cardiólogo y jefe de Emergentología de la Fundación Favaloro.
El estrés, explicó Fosco, «también puede darse por alegría a pesar de que lo conocemos más como resultado de situaciones desagradables, como la muerte de un ser querido, la pérdida del trabajo o una mudanza».
No obstante, este estado emocional “no es suficiente para desencadenar un evento cardíaco grave como preinfarto, infarto o muerte súbita, se necesita una susceptibilidad muy alta o cierta carga de enfermedad», completó el médico.
En los últimos días, se conocieron dos casos de muerte en circunstancias próximas al partido que llevó a Argentina a la final contra Alemania el próximo domingo. Uno de los casos ocurrió en la ciudad cordobesa de Marcos Juárez cuando un repartidor de diarios, de 45 años, se descompensó en medio de la muchedumbre que celebraba en esa localidad, al sudeste de la capital provincial. El otro tuvo lugar en la ciudad de La Banda, cerca de la capital de Santiago del Estero, donde un adolescente de 16 años sufrió un ataque cardíaco en el momento en el que el arquero argentino Sergio Romero atajó el primer penal.
«No hay forma de evitar situaciones de tensión aguda. La vida está plagada de miles de esas vivencias, como casarse, tener un hijo y más allá de si son positivas o no, provocan estrés. Lo que se puede hacer es conocer el estado de salud mediante chequeos después de los 40 o 45 los hombres y de 45 o 50 las mujeres», precisó Fosco.
Por su parte Juan Pablo Costabel, Jefe de Emergencias del Instituto de Cardiología de Buenos Aires (ICBA), dijo a Télam que «el estrés es el resultado de la exposición de la persona ante algo que el organismo no conoce y de lo que se defiende, y lo hace al liberar adrenalina que circula por la sangre».
«Esto provoca que aumente la frecuencia cardíaca y la presión arterial. Lo que ocurre es que no todas las personas están en las mismas condiciones de afrontar esos cambios», explicó Costabel.
El cardiólogo aseguró que «ser más sano o menos sano, tener un sistema cardiovascular más o menos saludable hace la diferencia y eso depende de muchas variables».
«Los que tienen más riesgos de tolerar menos el estrés son las personas con problemas cardíacos previos, colesterol alto, diabetes, sobrepeso, fumadores y sedentarios», precisó.
No obstante, el especialista diferenció al estrés por alegría del estrés por situaciones negativas en cuanto a la capacidad de adaptación del organismo. «Si ocurre por una emoción agradable la adaptación del organismo es mayor y, por ende, el daño es menos probable», aseguró.