La cantidad de personas fumadoras disminuyó en los últimos años en la Ciudad de Buenos Aires, según lo reveló un sondeo de opinión realizado en el marco del Proyecto «Buenos Aires, Ciudad Libre de Humo».
De acuerdo con el estudio, realizado sobre 1.500 habitantes, la prevalencia de tabaquismo en la Ciudad bajó 5 puntos en los últimos años, mientras que la mayoría de las personas entrevistadas concuerdan con la ley que restringe el fumar en lugares cerrados de acceso público.
El relevamiento, efectuado entre el 14 y el 16 de agosto pasado por la consultora Julio Aurelio-ARESCO, determinó que es fumador el 23,5% de los entrevistados, mientras que en 2010 esta cifra representaba el 28,7%.
Marta Angueira, directora del proyecto y Coordinadora del Programa de Prevención y Control del Tabaquismo del Ministerio de Salud porteño, consignó que «si bien el relevamiento no tenía por finalidad establecer datos de prevalencia, las cifras sin lugar a dudas marcan una tendencia».
«Esta disminución del porcentaje de fumadores en la ciudad es el resultado de lo que se viene realizando en ese sentido a partir de la implementación de leyes de control del humo de tabaco ambiental», detalló Angueira.
De hecho, el 21,2% de los entrevistados que en el último mes fumaron ocasionalmente o no fumaron manifestó haber dejado de fumar en el último año.
Asimismo, del total de los encuestados, el 14,3% había dejado de fumar o fumaba menos como una medida para cuidar su salud.
Otro de los indicadores de una mayor conciencia sobre el humo de tabaco ambiental es que en la actualidad el 55% de los entrevistados invita a las personas que visitan su hogar a fumar afuera (en el balcón, el patio o la terraza), mientras que hace 4 años esta cifra apenas alcanzaba al 45%. Cabe remarcar que entre los fumadores, apenas el 32% invita a fumar afuera de su casa.
El auto es otro de los lugares en donde no se debería fumar. De hecho, entre los participantes que tenían auto, el 81,7% no permite consumir cigarrillos en el vehículo, en tanto que el 18,3% restante fuma y deja fumar a bordo.
Pese a que la ley estipula que en los lugares de trabajo no admite el tabaco en espacios cerrados con acceso público, en el 38,6% de los casos esto no se cumple: el 14,8% de los entrevistados afirmó que se fuma en cualquier parte de la empresa en la que se desempeñan, mientras que en el 23,8% de los casos existe un lugar específico para fumar.
En la Ciudad de Buenos Aires se encuentra vigente la ley 1799/05 y su modificatoria que prohíbe fumar en todo espacio cerrado con acceso público.Ello incluye lugares de trabajo, oficinas, taxis, establecimientos de salud, escuelas, restaurantes, bares, confiterías, locutorios, salas de recreación, shoppings, paseos de compras cerrados, cines, teatros, centros culturales, salones de fiesta en eventos de carácter privado, cajeros automáticos, cabinas telefónicas, terminales de ómnibus, colectivos, estaciones de subte, clubes deportivos, gimnasios, clubes para fumadores y tabaquerías.
Los únicos lugares autorizados para fumar en espacios con acceso público son los patios, terrazas, balcones y demás sitios al aire libre, así como en áreas específicas para degustación en clubes de fumadores y tabaquerías sin atención de empleados.
También está permitido fumar a las personas internadas en centros de salud mental y de detención, en áreas específicas.
Los ambientes 100% libres de humo protegen la salud de toda la población, ya sean fumadores o no fumadores, al evitar la inhalación de los tóxicos del humo de tabaco.
Los más expuestos son niños, embarazadas, trabajadores de bares y restaurantes, y personas que padecen enfermedades como asma y patologías cardíacas.
Los ambientes libres de humo contribuyen también a que el fumador reduzca el consumo de cigarrillos, a mantener la abstinencia, y a marcar un ejemplo positivo en los más jóvenes.
Estudios realizados en diversas ciudades mostraron que en donde se implementaron este tipo de regulaciones, la tasa de eventos cardíacos, infartos y muertes relacionadas al tabaquismo se redujeron.
La población entrevistada se informa acerca de los perjuicios del cigarrillo principalmente a través de los medios de comunicación (46,5%), mientras que apenas el 15,4% se informa por los médicos sobre este tema.
«Esto nos marca que todavía hay mucho que hacer en la comunidad médica: debería aprovecharse cada consulta para remarcar la importancia de dejar el cigarrillo para preservar la salud propia y la de la familia», indicó Angueira.
El 92,5% de los entrevistados está de acuerdo con la ley que promueve ambientes cerrados 100% libres de humo donde no existen áreas para fumar, y más de la mitad doblaría la apuesta: el 53,1% estaría de acuerdo en extender la medida a espacios abiertos.
«Esperamos que en el futuro la conciencia sobre ambientes libres de humo se expanda, como ya está ocurriendo en otras importantes ciudades, que prohíben fumar en ciertas plazas y monumentos públicos. Porque el aire se contamina también en el exterior, como puede notarlo cualquier persona al observar cuando se fuma en áreas de juego para niños, donde estos tienen que lidiar con el humo en la cara y con todas las colillas en el piso, llenas de contaminantes y al alcance de la boca de los más chiquitos», comentó Angueira.
La especialista indicó además que «el tabaquismo es una adicción que puede producir la muerte al que fuma o al que aspira el humo pasivamente y cada paso que demos por combatirlo, es útil».
«Tenemos un largo camino por delante, y esperamos poder avanzar con la colaboración de toda la sociedad», remarcó.