Las mujeres que padecen sofocos y sudores nocturnos al inicio del climaterio podrían tener menos probabilidades de sufrir un infarto, según dijeron investigadores de EEUU. Sin embargo, aquellas que desarrollan estos síntomas más adelante en la menopausia podrían tener más riesgos de enfermedades cardíacas, informó el equipo en la revista “Menopause”.
«Nuestro estudio proporciona pruebas de que los clásicos síntomas de menopausia precoz, experimentados por la mayoría de las mujeres en la madurez, no son un marcador de un mayor riesgo de ataque cardíaco o accidente cerebrovascular (ACV) en el futuro», indicó en un comunicado la doctora JoAnn Manson, del Brigham and Women’s Hospital, que trabajó en el estudio.
Los hallazgos se conocen tras un nuevo análisis del gran ensayo clínico llamado Woman’s Health Initiative en 2002, que mostró que la terapia de reemplazo hormonal incrementaba el riesgo de cáncer de mama y de ovarios y de ACV en mujeres mayores, y los médicos la prescriben ahora con moderación.
Mason y sus colegas descubrieron que las pacientes con sofocos o sudores nocturnos en el inicio de la menopausia no tenían más probabilidades de sufrir un ataque al corazón, ACV o morir durante el período de estudio que aquellas que no tenían esos síntomas.
Y había alguna sugerencia que indicaba que los sudores nocturnos y sofocos reducían esos riesgos. Por ejemplo, mujeres con esos síntomas en el inicio del climaterio tenían un 17% menos riesgo de ACV, y un riesgo un 11% menor de sufrir una enfermedad cardíaca o morir por cualquier otra causa durante el período de estudio.
Sin embargo, las adultas que desarrollaban sofocos o sudores nocturnos más adelante en el climaterio, sin embargo, tenían un 32% más de posibilidades de tener un ataque al corazón y un riesgo un 29% mayor de morir con respecto a las que tenían esos síntomas antes.
Alrededor de tres de cada cuatro mujeres menopáusicas experimentan sofocos o sudores nocturnos en las primeras fases de la menopausia, concluyó el equipo.