Todo sobre meningitis, una enfermedad para tomar conciencia

Como todos los años, cada 24 de abril se conmemora el día mundial de la meningitis, una enfermedad que, cuando su origen es bacteriano, posee una alta mortalidad y también es propensa a dejar graves secuelas. Aunque la patología puede aparecer a cualquier edad, los grupos con mayor riesgo de enfermarse son los lactantes, los niños y los adolescentes. Aquí todo lo que hay que saber

  • ¿Qué es la meningitis? Es una infección de las membranas que cubren el cerebro y la médula espinal.

• Causas. Las más comunes son las infecciones virales. Estas infecciones generalmente mejoran sin tratamiento. Sin embargo, las infecciones meningíticas bacterianas son extremadamente graves. Pueden provocar la muerte o daño cerebral incluso con tratamiento. Entre las más bacterias más habituales que pueden provocarla están el neumococo, el meningococo y la Haemophilus influenzae.

Cómo se trasmite. Muchos de los agentes que la causan colonizan la vía aérea superior de individuos sanos, que actúan entonces como reservorios de la enfermedad y la contagian a otras personas. La transmisión se produce a través de las secreciones respiratorias, como la saliva o las gotitas expulsadas al estornudar o toser.

• Síntomas. En un principio puede aparecer fiebre alta que no cede con medicamentos, dolores de cabeza muy fuerte, dolores musculares, náuseas y vómitos muy intensos. Más tarde, otras manifestaciones características son la sensibilidad a la luz (fotofobia), rigidez o dolor de cuello y, en las etapas más avanzadas, erupción en la piel, infección generalizada (sepsis) y coma. En los lactantes y niños más pequeños, la enfermedad puede originar fiebre alta, irritabilidad, rechazo del alimento y marcada tendencia al sueño.

Evolución. Es importante remarcar que la meningitis evoluciona muy rápido, en el trascurso de horas, lo que demuestra que es de vital importancia conocer los síntomas más tempranos y consultar al médico.

• Mortalidad y posibles secuelas. Si bien la meningitis de origen bacteriano es una afección relativamente poco frecuente, tiene una alta mortalidad (del 4 al 27%) y puede dejar graves secuelas, como sordera, daño cerebral irreversible o amputaciones. Estas características la convierten en una patología muy relevante.

• Tratamiento. Para la meningitis bacteriana se suele utilizar antibióticos, que si se administran de forma rápida y precoz, mejora la evolución y el pronóstico de la patología.

Prevención. El lavado de manos es fundamental porque la transmisión se produce a través del intercambio de saliva y otras secreciones respiratorias. A su vez, distintas vacunas protegen contra varios de los agentes. El Calendario Nacional de Vacunación (CNV) incluye la vacuna contra el neumococo conjugada, que se aplica a los dos, a los 4 y a los doce meses, que previene la meningitis, la neumonía y la sepsis por neumococo. También la vacuna quíntuple tetravalente, que protege contra el Haemophilus influenzae y se aplica a los dos, cuatro y seis meses.

Por otra parte, existen las vacunas polisacáridas, indicadas a partir de los 2 años de vida y pueden recibirlas niños, adolescentes, adultos y adultos mayores. Aunque no es obligatoria, se recomienda la inmunización a las personas con factores de riesgo, como, por ejemplo, las alteraciones de la inmunidad.

Por último están las vacunas contra el meningococo, entre ella las que protege contra el serogrupo C, que pueden aplicarse a partir de los dos meses de vida y también las inmunizaciones conjugadas tetravalentes contra los meningococos serogrupos  A, C, Y y W135, que pueden aplicarse a partir de los nueve meses o los dos años de vida.   

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